miércoles, 27 de mayo de 2015

El sexo la fisioterapia (IV) -> El rechazo

Como dijo aquella miss: del mismo modo pero en el sentido contrario, encontramos en la peculiar relación del fisioterapeuta con el paciente la posibilidad del rechazo, es decir, la no aceptación no sólo del tratamiento, sino, yendo más allá, del propio contacto físico.Decíamos que para un fisioterapeuta puede ser súmamente sencillo traspasar la barrera de contacto, habitualmente, después de esto sucede una reacción de aceptación que conduce a una facilitación del tratamiento y a una relajación de la psique de nuestro paciente que puede llevarle a límites inusuales como contarnos su vida íntima, expresar sus inquietudes o incluso curarse. Pero puede darse la circunstancia, más extraña, de que estos mecanismos fallen y se prouzca una reacción adversa por su parte. Incluso puede darse a posteriori, algo todavía más raro, puesto que con el avance de las sesiones, la confianza con el terapeuta aumenta casi exponencialmente. El problema viene cuando nos referimos a esa relación sexual no escrita pero plausible de la que venimos hablando, en ese caso pueden generarse situaciones muy violentas.


lunes, 25 de mayo de 2015

Entrevista a Lucía Morales, fisioterapeuta y enfermera

Continuamos nuestra sección de entrevistas con Lucía Morales, enfermera y fisioterapeuta del centro Neuroafic en Granada, que atendió con mucha simpatía a las preguntas de @laotrafisio.



Eres enfermera y también fisioterapeuta. ¿Qué carrera estudiaste primero? ¿Por qué escogiste una y después otra?  
  
LUCÍA: Primero estudié la Diplomatura en Enfermería y tres años después hice la Diplomatura en Fisioterapia. Enfermería me gustaba desde pequeña, tenía familiares en el mundo de la Medicina eso hizo que estuviera en contacto con la profesión, la Fisioterapia la desconocía , hasta que empecé a tener ya contacto con fisioterapeutas estudiando enfermería y cada vez me iba llamando más la atención la labor  de los fisioterapeutas  


¿Te interesan ambas por igual? 

LUCÍA: A día de hoy puedo decir que sí, hay temporadas que trabajo de enfermera y otras de fisioterapeuta, y ambas me satisfacen por igual, de distinta manera pero al final el mismo objetivo: el paciente.


miércoles, 20 de mayo de 2015

Fisioterapia viejuna -> La jaula de Rocher

Inauguramos hoy aquí esta sección apasionante y tan necesaria, que viene a resucitar y reivindicar aquellos años dorados de la fisioterapia en los que no existían las moderneces estas de Pilates, Kinesiotape, Miofascial o Indibaleches...Aquellos años toscos y duros donde la mecanoterapia y la electroterapia clásica campaban a sus anchas, sin enfrentarse a técnicas modernas de fisios vagos y pros, más basadas en la dispensa de carnicería que en el propio método científico. Hablamos del tiempo de las movilizaciones sin anestesia, de Edgar Cyriax y su fricción cariñosa, de las tracciones en prótesis y del ''si duele es que se está curando''. Durante esos días fueron muchos los aparatos y técnicas con los que nos críamos, con los que nos forjamos fisioterapéuticamente y con los que, a pesar de la flagrante falta de evidencia científica, o de criterio estético en su fabricación, triunfamos consiguiendo incluso la sanación de nuestros pacientes. A día de hoy, esta fisioterapia viejuna trata de sobrevivir a aquella época dando sus últimos coletazos de esperanza, en un mundo lleno de doctores que nada quieren saber de aquellos aparatos y maneras que un día les dieron tanta gloria y les auparon a los altares de la fisioterapia.




lunes, 18 de mayo de 2015

De cómo Esperanza Aguirre y el PP afectan a la fisioterapia

Ahí la tenéis. Joven. Con cara de no haber roto un plato. Es más, con cara de pardilla o de mosquita muerta. Y sin embargo, la fisioterapia, como casi cualquier rama sanitaria se enfrenta al peor enemigo que ha tenido en España desde que ha nacido la profesión (abrazada, curiosamente a la democracia y el ''progreso''). No os descubriría nada si os dijera que Esperanza Aguirre es un mal en ciernes para cualquier aspiración sobre la salud universal, sobre la sanidad como un derecho o sobre los servicios públicos. Hemos dejado avanzar a una rémora de lo público, que comiendo 23 años a costa de nuestro dinero, ahora se dispone a despedazar lo poco que queda del erario para mayor hinchazón de sus bolsas y de la de los suyos. La suerte está echada para este domingo, incluida la propia suerte que puede correr la fisioterapia.




¿En qué afecta esto a la fisioterapia? Lo explicamos. Como rama sanitaria, nuestra profesión debiera ser de dominio absolutamente público. Como cualquier rama de la sanidad. La salud no es un negocio que dé dinero, de hecho sólo da pérdidas. El único beneficio que se obtiene de la salud, es la propia salud. Y la única manera de sacar dinero a través de la salud es con el dinero de los impuestos, las partidas presupuestarias destinadas a sanidad son gestionadas por empresas formadas por amiguetes, empresarios y gente con poco o nulo conocimiento del juramento hipocrático o la promoción de la vida. Desde un punto de vista que se nos antoja utópico, pues en la propia carrera se nos incita al ejercicio por cuenta propia y al trabajo para clínicas privadas, la fisioterapia debería ser como se quiere que sea la propia sanidad, según ese mensaje tantas veces cacareado. Es decir: FISIOTERAPIA PÚBLICA, DE CALIDAD Y PARA TODOS. Y eso incluye también a los inmigrantes sin papeles. La políticas liberales de Esperanza Aguirre y su querido Partido Popular, incluyen la venta y privatización de casi cualquier cosa que sea pública, menos de sus propios sueldos (tontos no son tampoco). Por tanto, el sueño de la fisioterapia pública puede esfumarse para muchos el próximo domingo. Si este partido vence, esta política de incompetentes se podría propagar con más virulencia que el ébola.






Lo poco que tiene el pueblo, debería ser del pueblo. Esto no va en contra del explosivo boom de clínicas privadas que ha habido en los últimos años, pero debería ser un derecho poder recibir fisioterapia en el sistema público. Para un fisio, entrar a trabajar en un hospital es una odisea digna de Ulises. Existe el camino de la interinidad, del enchufe o el de la digna oposición obsoleta. Pero lograrlo significa, por lo menos, tener algo más de calidad de vida, pues ''todavía'' los sueldos del sistema público arrojan algo de dignidad. En lo privado, los convenios abusivos y denigrantes para los trabajadores nos convierten en una especie de mileuristas en el mejor de los casos. Y todo después de haber estudiado una carrera, de hacer mil cursitos para estar al día y de tener una gran preparación. ¿A dónde va nuestro dinero? Pues a inflar el bolsillo de la empresa de amiguetes que gestione el hospital/fundación/centro de día/residencia de turno/centro de salud privatizado de turno. Eso es lo que Esperanza llama eficiencia en la gestión




Esta tipa sin escrúpulos camufla cada mentira que dice con una pequeña dosis de verdad, para engañar a incautos. Dirá que hay fisios en los hospitales, que saldrán no se cuantas plazas para la oposición, que la sanidad sigue siendo pública (pero de gestión privada)... Lo que nunca te dirá es que casi ningún médico deriva a rehabilitación, que la fisioterapia no cubre ni al 10% de la población, que pretende reducir casi a la mitad el sueldo de un fisio, que no le importa la salud sino los números y los datos y que existen derivaciones encubiertas a clínicas privadas, pagadas por el dinero de todos y que muy pronto también podría pasar con la fisioterapia. Habiendo todas las clíncias que hay de fisioterapeutas autónomos, podríamos pensar que se trata de un beneficio. Pero es que el dinero que pagamos no es para enriquecer a unos pocos, es para garantizar servicios de salud públicos e igualdad de oportunidades para todos. Justo lo que no existe ahora, porque ella misma ya se ha encargado de desvencijar.

Así que voten, voten...

PD: Sé que es en la Comunidad donde está el problema y ella se presenta a la alcaldía, pero la otra candidata, Cifuentes, respresenta el mismo espíritu conservador y liberal. Ella ideó esta destrucción de lo público y la otra viene para rematarlo. Dos patas pa' un banco.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Entrevista a Patricia Partida, fisioterapeuta y terapeuta ocupacional.

Hoy inauguramos una sección que esperamos ir rellenando poco a poco con experiencias vitales y profesionales. Daremos voz a profesionales que deben tenerla y que, sobretodo, reflejen puntos de vista interesantes y críticos, o que por sus perfiles profesionales, sean de gran interés para nuestra web.

Hemos tenido la suerte de contar para esta entrevista con Patricia, una fisioterapeuta y terapeuta ocupacional que amablemente ha respondido a las preguntas de @laotrafisio sin ningún problema. Hablamos con ella de la habitual polémica entre sus dos profesiones. Aquí tenemos sus impresiones.



- Vemos que eres TO y Fisio, ¿qué carrera estudiaste primero?¿por qué? ¿Qué te llevo a estudiar la segunda carrera? ¿Te gustó más alguna de las dos?

 
PATRICIA: Siempre me llamó la atención fisioterapia, y en realidad no descubrí la existencia de la terapia ocupacional hasta que, el mismo año de la selectividad, un profesor me habló de ella. En ese momento fue cuando pensé que podría cursar las dos titulaciones, pues las dos me gustaban. Primero estudié terapia ocupacional, ya que no alcancé la nota de corte de fisioterapia. Dos años más tarde, cuando iba a empezar el tercer curso de terapia ocupacional, eché la solicitud para empezar fisioterapia y me admitieron, pedí la simultaneidad de estudios y en ese año fue cuando terminé terapia ocupacional y empecé fisioterapia. Desde el principio siempre me gustó más la fisioterapia, y quizás porque me costó más poder estudiarla, le doy más valor.

- ¿Qué diferencias sustanciales encuentras entre la TO y la fisioterapia?


PATRICIA: De forma breve y somera, podría decir que la fisioterapia se centra en el tratamiento y rehabilitación de lesiones y patologías, y ayuda a prevenir su aparición, como fisioterapeutas, tratamos específicamente el aspecto físico del problema; por otro lado, la terapia ocupacional trabaja fundamentalmente sobre las capacidades funcionales de la persona, ayudando a optimizar su independencia y capacidad para llevar a cabo sus actividades de la vida diaria después de una lesión o patología, además, el terapeuta ocupacional es el encargado de la evaluación y modificación del entorno, tanto del hogar como del puesto de trabajo, con el fin de lograr una mejor calidad de vida.

- En los últimos tiempos parece haber surgido una polémica con respecto al ``terapeuta de la mano´´ pues fisios y TOs discuten sobre quién es más idóneo para este tratamiento específico. ¿Cual es tu opinión al respecto?
 

PATRICIA: Como comentaba en la pregunta anterior, hay diferencias claras en el ámbito de ejecución de la fisioterapia y la terapia ocupacional, pero también hay puntos comunes, y puede ser que la discusión surja, precisamente, de esos puntos comunes. En mi opinión, no creo que haya un "profesional idóneo" para tratar la patología de mano, sino que cada uno, en su ámbito, es el mejor profesional para tratar los déficits que se puedan presentar, siempre trabajando con un objetivo común que es la recuperación óptima del paciente.
- ¿Apostarías por una integración de ambas carreras?

PATRICIA: En mi caso personal me aportan mucho los conocimientos que tengo de ambas carreras para tratar de manera más integral al paciente, aunque imagino que esto depende del ámbito de trabajo. Como dejo entrever en la pregunta anterior, soy defensora del equipo interdisciplinar y del trabajo por y para la consecución de un objetivo común, aportando cada uno sus conocimientos teóricos-prácticos específicos de su profesión.
 
 

- No sabemos si habrás leido nuestro post sobre fisioterapia y sexo: http://laotrafisioterapia.blogspot.com.es/2015/04/el-sexo-y-la-fisioterapia-i-ahora-si.html   ¿Qué opinas sobre lo especial de la relación fisioterapeuta paciente? ¿Crees que es innegable la existencia de esta vinculación tan especial?
 

PATRICIA: Es cierto que, en algunos casos, existe una relación especial entre fisioterapeuta y paciente, pero no la relacionaría con el ámbito sexual, para mí sería más una relación de gratitud, confianza y complicidad, muchas veces generada por el gran tiempo de intervención directa que tenemos con los pacientes y por los resultados positivos que obtenemos.

- Este es un tema un poco tabú pero nos gustaría hablar con franqueza. ¿En alguna ocasión has tenido alguna experiencia cercana a este último punto? ¿Algún paciente que se haya podido traducir en otra cosa? ¿Crees que algún paciente ha intentado manifestar una atracción hacia ti alguna vez?


PATRICIA: En realidad no, nunca he vivido esa situación.


¡Desde la otra fisioterapia ...muchísimas gracias Patricia!

lunes, 11 de mayo de 2015

El sexo y la fisioterapia (III) -> La aceptación

Una vez superada la gran barrera del contacto y comenzada a estimularse la sensibilidad llega ese momento de aceptación del tratamiento, un paso clave en la relación fisioterapeuta-paciente y sobretodo, un paso imprescindible si la relación, por lo que sea, va a convertirse aún en algo más profundo (jo, jo, jo).

Imaginamos ahora el supuesto: un paciente, un fisioterapeuta, valgan para ambos cualquier sexo y condición sexual (compatibles entre ambos, eso sí), una camilla, un lugar aparentemente tranquilo, una situación relajada, contacto manual...y el tiempo. El tiempo es lo que determina las siguientes reacciónes químicas. Según algunos estudios muy estudiosos, de esos que no citan fuentes, sólamente hacen falta 7 minutos para enamorarse, aunque en este que hemos enlazado hemos hecho trampa, pues habla sólo de 8,2 segundos en el caso de los hombres. Siendo como es, este dato, nos favorece. Porque...¿quién ha hablado de amor aquí? Se extá hablando de sexo.





Y es que, seamos francos...Una cosa es enamorarse y otra, muy distinta, sentir ese irrefrenable impulso de acostarse con alguien y dejarle seco. Para el sexo no hace falta mucho más que uno o 2 segundos a lo sumo. Ese par de segundos sólo es necesario para saber si la persona que está en frente está lo suficientemente buena como para provocar ese desequilibrio inequívoco. En una situación en la que, sobre una camilla, o con sus manos sobre nuestra cintura, o con su palma sobre nuestro músculo aductor, sus dedos sobre nuestro cuello o su cercanía sobre nuestra espalda desnuda, estamos poniendo toda nuestra confianza en una persona, perfecto desconocido por principio; es imposible que no se nos pase por la cabeza la tan humana idea del sexo. Sentirnos atraidos por ese calor curativo (si eres paciente) o por esa necesidad de liberación (si eres fisio) puede (y debe) convertirse en lo más normal del mundo.

Además de esta predisposición coyuntural, espacial, temporal y cuasi-profesional existen otros agravantes que invitan a que esta sensación pueda multiplicarse. Se da por hecho que el masaje produce una liberación de endorfinas, si bien no hay alta evidencia científica sobre este asunto, estas sustancias autoliberadas por nuestro organismo aumentan esa sensación agradable y nos reconfortan. Además existen unos puntos o regiones de nuestra piel y nuestro cuerpo que reciben el nombre de zonas erógenas, zonas cuya estimulación sensitiva puede producir directamente una estimulación sexual; y no son pocos precisamente, aunque esto varía según personaas. Y por último existe el mayor de todos los poderes, el de la mente humana, su potencia intuitiva, imaginativa y evocadora puede activar los potenciales de acción adecuados para que se desencadene el deseo. Líbido alta y predisposición a ello (apertura de mente, necesidad fisiológica, tiempo desde la última vez, reiteración, etc) serían los últimos factores estimulantes.




De modo, que si la sesión no es muy dolorosa, e incluso llegando a placentera, todo aquello tan necesario para una relación sexual fructífera: ruptura de la barrera del contacto, sensación de bienestar, atracción y prolegómenos, han sido coser y cantar, poco más de dos o tres sesiones y estamos merced de sus manos (pacientes) o deseando que llegue esa sesión con ese paciente (fisios) que alargamos más de la cuenta sin necesidad ninguna. El rechazo también es una posibilidad, violenta y desagradable. De ello hablaremos en las siguientes entradas y también de lo que hemos mencionado en el párrafo anterior. Se acerca el momento de la verdad...


miércoles, 6 de mayo de 2015

Relatos de fisioterapia -> La mujer que no podía caminar

En aquel centro de día la luz que se filtraba por el techo era la única esperanza entre aciagas sombras. Lugar de aspiraciones a la muerte, de caminos complejos que sólo llevan a esperar nuestro destino...allí estaba ella. Cuando llegué no era más que otra olvidada, una flamenca que pasaba allí sus momentos, sin encontrar respuestas y sin una mano amiga que le ayudara. Haber perdido la cabeza no significaba haber perdido el corazón, pero eso los demás no lo entendían y ella...no podía explicarlo.

Decían que una vez caminó. ¿Cómo no? Todos hemos sido jóvenes. Sin embargo había en ella un brillo extraño en el mirar, más allá de no reconocerme o confundirme con quien fuera. Pronto establecimos lazos únicos, yo era el fisio, sí, y ella era...una paciente...de algo...algo le pasaba, ¿pero qué?

No nos engañemos, los centros de día son lugares demasiado inhóspitos. Una suerte de útil hipocresía social donde dejar a nuestros mayores, que ya estorban y nos impiden trabajar. Cegados por la espiral del mundo en el que necesitamos subsistir olvidamos lo más básico y nos decimos a nosotros mismos que ya no podemos cuidar de ellos. Y como las mentiras mil veces repetidas se convierten en verdades, nos escudamos en ella para lavar nuestra conciencia y creer de verdad que no se puede. Pero allí los ancianos están sólos, no porque no estén acompañados de gente, a veces formidable, a veces no; sino porque en ellos la soledad se manifiesta como el miedo a lo que saben que es cierto. Y no está la gente que ellos necesitan para sufrir. ¡Si hasta nos olvidamos de la mujer que un día nos parió!

Y aquella mujer me miraba desconsolada, queriendo encontrar algo. ¿Por qué no camina? -me pregunté una vez. Después lo pregunté en voz alta, pero nadie sabía responder. Sólo sabían que la habían traído un buen día, en silla de ruedas, que la habían operado de no se qué y que no podía andar. Sin embargo, después de leerme bien su historia supe que no había ningún impedimento para ello. Al menos ningún impedimento físico. Pero que si existía una barrera terrible en el corazón de muchas personas y que les había llevado a convertirse en ciegos evidentes de su pequeña desgracia. Fue entonces cuando en algún momento entre esas miradas, nos comprendimos, nos sonreímos y nos amamos porque sabíamos que lo haríamos. Y fue entonces cuando simplemente le di la mano y ella se levantó.
Entonces me llamaron héroe. Acababa de acometer el milagro de la vida, había hecho caminar a una persona que estaba postrada en una silla de ruedas. Era una especie de mágico Jesucristo salvador que venía a traer la esperanza a los viejos corazones. Me adularon y agasajaron y hasta me consideraron bueno en mi trabajo. Yo nunca supe qué pensar o qué decir. Ella se paseaba, chula, mirando a los demás que la vitoreaban a cada paso. Pero yo en mi fuero interno sabía que no había hecho nada especial. Nada de fisioterapia. Nada milagroso. Sólo había comprendido a una persona.



lunes, 4 de mayo de 2015

Estar de pie es insoportable (y lo peor)

En el argot de fisioterapia llamamos bipedestación al hecho de ''estar de pie''. Si algún fisio utiliza esa palabra sin explicarte su significado sabrás que: o es un flipao o no es capaz de discernir que está hablando con un paciente. Lo más probable es lo primero, que sea un fisiopro, puesto que hay una tendencia horrible en la profesión (como en casi todas las ramas sanitarias) a hablarle a toda la humanidad con vocabulario técnico, sin ton ni son, como si los demás tuvieran la culpa supieran de que estamos hablando. Esta ansiedad fisioterapéutica por querer parecer más de lo que se es sólo se cura con humildad, y a veces ni eso.

Siguiendo la linea de la evolución sabemos hoy en día que el hombre viene del mono. Negar esta evidencia científica y lógica quizá sea un síntoma de involución cerebral y por suerte cada vez es menos la gente que piensa que nacimos del barro, o que la mujer se formó a partir de la costilla del hombre y demás sandeces. Ahora bien, el camino de esta evolución fue largo y duro. Existen grandes teorías sobre la posición bípeda (que no bipedestación) en el ser humano, de como el mono se transformó en otro mono bípedo y con algo de cerebro. Podeis leer aquí algunas explicaciones u otras y repasar la teoría, o buscar en internet, que hay toneladas de información. Darwin ya lo explicó un poco hace casi 200 años, aunque hubo quien no se enteró. Lo que se rebate aquí por tanto no es eso sino un axioma algo distinto que empieza a sernos irrefutable: ESTAR DE PIE ES LO PEOR DE LO PEOR.


Que me perdonen en este punto todos aquellos que no pueden estar de pie, eso es evidentemente peor aún y una putada, pero creo que entenderán lo que voy a comentar ahora. La bipedestación nunca debe ser un objetivo en si mismo para ningún fisioterapeuta o paciente. Hablo de la bipedestación estática. El mono no evolucionó a homo sapiens para estar de pie parado, lo hizo para vencer la gravedad y desplazarse. Nuestro día a día es una auténtica batalla contra le presión atmosférica y la gravedad, buscando siempre la extensión y la postura erguida, pero resulta agotador. Estar de pie, parado, no tiene absolutamente ningún beneficio para la salud, es cansado, nefasto para la circulación, cargante para huesos, músculos, tendones, ligamentos y articulaciones, e inestable para nuestro órgano del equilibrio, aunque pueda parecer lo contrario. Sin embargo existen algunas personas, a veces, con una extraña tendencia a estar de pie parado. Hablo de algo que sucedía quizá más antiguamente, por convenciones sociales o manías extrañas, por situaciones laborales o compromisos internos de algún tipo que impedían a la persona sentarse, como si eso fuera de mala educación.





Por eso desde la otra fisioterapia decimos alto y claro que estar de pie es lo peor y no sirve para nada. A los 10 minutos ya empieza a resultarnos insoportable, cambiamos el peso de nuestro cuerpo de un lado a otro, buscamos sitios donde apoyarnos, cargamos una pierna, después otra, nos agarramos disimuladamente a un amigo, damos un par de pasitos, cambiamos de posición, nos estiramos...El ser humano quiere sentarse, tumbarse...o caminar, hacer deporte, alcanzar algo...¡Pero nunca estar de pie! ¡Nunca estéis de pie parados! ¡Es malo para la salud!

PD: Este post no pretende fomentar la hiperactividad en estático.