La droga que toman

Hace más de un año que paramos la escritura. ¿Los motivos? Los de siempre en los blogs: falta de tiempo, de tiempo y de tiempo. Porque no se trata de otra cosa. En esta temática no nos faltan ideas sobre las que publicar, fisios flipados a los que dar un poco de cera o asuntos graves que tratar. Pero el tiempo consume nuestras vidas y no nos deja espacio. Y si a la falta de tiempo le añadimos que somos fisioterapeutas, entonces apaga y vámonos, porque es bien sabido que nosotros mismos parecemos autómatas del trabajo, con jornadas maratonianas interminables, donde perdemos la noción del continuo espacio-tiempo y no distinguimos si lo que tenemos delante es un paciente o una masa corpórea indefinida a la que masajear hasta el fin de nuestros días.

Hace poco, releyendo nuestros siempre escocientes escritos, se nos caía una pequeña lagrimilla de nostalgia al pensar que lo que hacíamos merecía algo la pena, aunque sólo fuese para reir durante un rato mientras denunciamos nuestras pequeñas desgracias. Pero no nos engañemos, esta página no debería morir nunca mientras haya reivindicaciones que hacer y la última flagrante injusticia nos pone ahora de nuevo de actualidad para comentar el último reciente escándalo. Como veis, seguimos siendo más amarillos que Pedrerol.

El 29 de octubre de 2016 tuvo lugar el examen de la OPE de Madrid, o lo que es lo mismo las oposiciones para ser fisioterapeuta de la sanidad pública madrileña.
Esta vez fueron 90 plazas las que salieron, y es que parece que, por el momento y desde que Esperanza Aguirre dejó aparcado momentáneamente su afán privatizador, las convocatorias en esta comunidad están saliendo con relativa normalidad. Siendo una de las convocatorias más grandes que pueden aparecer a nivel nacional, dicha prueba suponía una fuerte esperanza para muchas personas que pagaron sus tasas de examen y tuvieron en mente presentarse, con el fin último de poder tener un EMPLEO Y SUELDO dignos, cosa que, como ya sabéis, escasea en nuestro ámbito si como trabajador a cuenta ajena se pretende vivir.  Se hablaba de 3000 inscritos, una cifra como siempre exageradísima como para plantearse tener oportunidades, además para turno libre sólo había 57 plazas, de modo que uno puede imaginarse lo complicado del asunto. Pero si aún a pesar de todo ello, las esperanzas del aspirante seguían intactas, siempre quedaba la opción de estudiarse los 47 temas y rezarle mil plegarias al gran dios de la fisioterapia (Herman Kabat, por ejemplo) para poder alcanzar semejante olimpo. Eso, o suicidarse sólo de pensar que la alternativa es tratar lumbalgias inespecíficas hasta los 75 años. Pues bien, las poquísimas esperanzas que quedaran para aquellos que con su esfuerzo personal se estudiaron la materia, resultaron inmediatamente echadas por tierra cuando vieron semejante mierda de examen.

Y sí, decimos bien, porque aquí, en La Otra Fisioterapia, hemos sido lo suficientemente pardillos como para prepararnos y presentarnos a este examen, con la esperanza de conseguir tan ansiada plaza en sanidad. Por tanto, y con conocimiento de causa lo decimos y nos sentimos plenamente identificados con eso mismo que estás pensando ahora mismo. Sí. Tú. Te hablo a ti. A ti, fisioterapeuta frustrado. A ti, fisioterapeuta, que infelizmente dejaste tu empleo para prepararte durante un año y medio para este examen. A ti, que deseas abandonar tu trabajo con sociedades médicas por el que te explotan más que a los costureros en la India. Querido fisioterapeuta, tú que te sientes ahora mismo como si se hubieran reído en tu cara. Te lo confirmamos.¡Es que estás en lo cierto! ¡Se han reído en tu puta cara! In your fucking face man! Y no lo decimos por decir, lo decimos porque la irrealidad de esa prueba selectiva está al mismo nivel que la consolidación de fracturas mediante magnetoterapia.

¿Y qué? ¿Qué se siente ahora eh? Nada bueno, ¿verdad? No, claro que no. Te entendemos. ¿Sabes por qué? Porque pasarse por la piedra el esfuerzo y las ilusiones de tanta gente, que ha estudiado durante muchas horas, todos los días del año...O gente que ha dejado incluso sus trabajos para prepararse para esta gran oportunidad. O incluso gente que se ha dejado un pastizal en academias supuestamente especializadas en fisioterapia (que de esto hablaremos ahora), donde en teoría iban a recibir la mejor formación, para luego hacer un mojón de examen, pues sienta un poquito mal, por decirlo con suavidad y, cuanto menos, no parece muy ético ni profesional reírse en la cara de cerca de 3000 personas. ¿Qué por qué decimos esto? Los que hicisteis el examen ya sabéis por qué y sólo pondremos voz que confirme vuestra angustia. Los que no, lo entenderéis ya mismo:

Si quiero poner un examen, de la temática que sea, ingeniería aeronaútica o parasitismo canino, uno puede ponerlo tan complicado, rebuscándose a muerte las preguntas, para que nadie lo apruebe si no es por suerte o, cuanto menos, para que lo que hayas estudiado previamente no te sirva absolutamente para nada. Pues bien, esto mismo es lo que ha sucedido en el examen de la convocatoria de Madrid. Ante nosotros pudimos vomitar con un examen ridículamente injusto, con preguntas que ningún fisioterapeuta sabe en su ejercicio normal ni por asomo, que no era un reflejo fiel y generalizado del temario y en el que, haber estudiado el temario "oficial" previamente, no servía para nada. Uno podía sacar la misma nota haciéndolo a modo quiniela, que estudiando.
-¿ En que consiste el síndrome de Lyme?
- ¿Dónde se ubica la fractura de Wagstaffe?
- ¿Cómo se describe la prueba de Ludington?

Estas preguntas son perfectamente válidas para un examen de fisioterapia, claro que sí, pero también perfectamente difíciles. Uno no niega que entre 100 preguntas, pueda haber incluida alguna más difícil específica, pero es lamentable que el 80% de las preguntas del examen hayan sido de ese porte. Si a eso le añadimos respuestas de lo más enrevesadas, dobles negaciones y trampas claras para pillar al incauto, ¿el resultado cuál es? Una mierda pinchada en un palo, que es el promedio de notas obtenidas por la gran mayoría de aspirantes que hemos quedado en eso, en un quiero y no puedo de una falsa fisioterapia absolutamente irreal.

Una amiga me comentaba que una prueba justa hubiera sido, por ejemplo: 400 preguntas, un barrido intenso por cada uno de los temas y un examen largo para evaluar, verdaderamente, los conocimientos profundos y establecidos que se puedan tener de todo el temario. Con preguntas de todo tipo. En lugar de esto nos tuvimos que enfrentar a un examen irrealizable incluso para quienes lo habían puesto. Y lo que más duele de todo el asunto, es que ese examen lo han puesto compañeros nuestros, colegas de profesión que conocen perfectamente nuestra realidad. A estas alturas ya es vox- populi en Madrid que fueron los fisioterapeutas del 12 de Octubre quienes hicieron esas preguntas incontestables y las metieron en un sobre para el examen. Sólo nos queda entonces preguntarnos, o preguntaros, si nos leéis también. ¿De qué vais? ¿Qué droga os tomáis? Vosotros habéis sacado vuestra plaza gracias a un examen que aprobasteis, enhorabuena, pero que por lo menos fue JUSTO. Tenía preguntas ponderadas y evaluaba mejor los conocimientos. ¿De qué narices vais poniendo estas preguntas? Si ya nadie os va a quitar el puesto. Que pena...

Pues bien, no sabemos la droga que toman. Siempre habíamos oído que en esto de las oposiciones hay mucho mamoneo y esta vez hemos podido comprobarlo. Sólo así se explica por ejemplo, que el director de una academia mandara a sus alumnos a última hora, pocos días antes del examen, un mail con una especie de "fe de erratas" en las cuales venía subrayada una pregunta que, curiosamente, cayó luego en el examen. Tampoco es que queramos ser malpensados, que va, pero en ese mismo mail también se decía que iba a ser un examen difícil y de alto nivel, tal y como luego resultó ser. Y el hecho de que actualizara a última hora alguna cosa de la LOSCAM, que también preguntaron bastante. ¿Qué casualidad no? No, que va. Con esto no queremos decir que haya gente que tenga acceso directo a los exámenes, ¡es que es más evidente! Al fin y al cabo somos humanos y...quién sabe...podemos cometer deslices también. Porque eso de que existan academias que te preparan para que puedas aprobar la oposición, a veces chirría mucho, demasiado. Sólo esperamos que el dueño pueda explicar a los alumnos,  con toda la pasta que se ha embolsado a su costa, por qué narices no les facilitó el temario que finalmente sí entró en el examen. ¿O es que no sabía lo que era la fractura Lambda medial según Mehn y Matta?

Anda y que os de un poco el viento.