No sé si los médicos que acaban trabajando para seguros profesionales o compañías de este tipo se sentirán muy orgullosos de su trabajo, en comparación con la sanidad pública, donde es
vox pópuli que están los mejores médicos, aunque debo reconocer que conmigo intentaron hacerlo de forma honesta. Yo siempre notaba una cierta desgana, o "bordería", en la atención al paciente. Así fue con el médico de digestivo que tenía delante, un tipo enjuto, con pinta de no haberse reído en los últimos quince lustros. A estas alturas me era imposible explicar correctamente los problemas de salud que había tenido, pues
el baile de máscaras y profesionales había sido tal, que no me enteraba ni yo. Además, decir que todo había comenzado hacía seis meses, por culpa de que mi novia me había dejado, sonaba tan irreal como ridículo. Suerte que tenía por costumbre guardar los informes que me fueron dando, aunque no tenía muchos la verdad. Es más, sólo tenía el del médico de la seguridad social. Que raro. Parece que los fisios en los que estuve no tuvieron intención de emitir escrito alguno. ¿Tendría que haberlo pedido?