martes, 18 de enero de 2022

El fisio del Atlético de Madrid

Dicen, los que de aquello saben, que el Homo Sapiens necesita de mitos para poder seguir evolucionando y que no fue hasta que no vivió su propia revolución cognitiva, hace unos 70.000 años, cuando supo de esta necesidad y empezó a crearla. La propia evolución de la especie indica que, desde su aparición en el mundo, datada hace 315.000 años, hasta esa fecha, su evolución fue prácticamente cero, pero en el momento en que esos cambios sucedieron, todo comenzó a fluir de un modo rápido, hasta llegar a la época actual. Comenzó entonces a crear lugares comunes donde toda la especie pudiera identificarse y trabajar en conjunto, constructos imaginarios e inventados que en realidad no existen, pero que nos permiten avanzar como especie, al forjar destinos sobre sentimientos comunes. Da igual que fueran dioses, religiones, naciones, pueblos, héroes, banderas, equipos de fútbol...el ser humano necesita creer en esos motores de expansión ficticios, para ahorrar en la economía de la mente y conseguir el desarrollo. Y de entre todos esos mitos ficticios jamás creados, hay uno en el ámbito de la fisioterapia que sin duda a aunado como pocos a fisioterapeutas y pacientes, empresarios y falsos autónomos, rehabilitadores y masajistas, osteópatas y científicos...razas opuestas dentro de un mismo sino, que están sólo de acuerdo en una cosa: todo el mundo conoce a ese tipo que fue fisioterapeuta del Atlético de Madrid. Al menos, una vez en la vida.