Cuando se juntan el hambre con las ganas de comer el resultado solo puede ser algo bueno. ¡Y lo hemos hecho! Hemos invitado a pasarse por la más tortuosa clínica que existe al hombre de las aristas metodológicas más punzantes, flagelo de cien mil pseudociencias, martillo pilón contra los martillos pilones de los cursos de formación sobre mentiras y demás bazofia...una persona tan crítica que nada más nacer, cuestionó a su matrona el procedimiento empleado con él, pues no se ajustaba a los últimos requerimientos de la evidencia científica. Amado por muchos, pero sobre todo, denostado por demasiados, Ruben Fernández Matías no tiene miedo a lobbies, a justicieros de la osteopatía o a todo aquel que trate de anular su discurso bajo el burdo argumento de no haber tocado a un paciente en su vida. Porque precisamente la vida y la ciencia están faltas de Rubenes razonables y cuando nace uno, cada muchos años, una persona crítica que flota en el mar de sumisa aceptación del discursito, las aguas se revuelven y sacan de sus profundos pozos a los peores krákenes de la fisioterapia. No se dejen engañar por su aspecto aniñado errejoniano pues su verbo es feroz, su temor es ninguno y su determinación para acabar de una vez con los farsantes de este arte, es toda.
Esta entrevista fue realizada a Ruben antes de que le quitaran el aval de la Asociación Española de Fisioterapeutas donde formaba parte del subgrupo de razonamiento crítico.
Eres ampliamente conocido en redes sociales por ser el némesis de las pseudociencias en fisioterapia, siempre una voz discordante contra aquellos que denostan los principios científicos de la fisioterapia. ¿Te odian por lo que haces?
Supongo que algunas personas sí, la crítica de según qué procedimientos no se acepta bien dentro de la profesión. Lo que más me sorprende, es la cantidad de gente que me “odia” o tiene una mala imagen de mí, sin haber llegado si quiera a cruzar una sola conversación conmigo. En muchos casos, a raíz de mentiras que les han contado otros/as sobre lo que se supone que yo pienso, defiendo y hago. Curiosamente, las veces que ha coincidido de poder tener una primera conversación con esa gente con “odio aprendido”, se han dado cuenta que no soy como les habían dicho. Creo que muchas de esas personas que no han hablado nunca conmigo, cambiarían de opinión al hacerlo, los prejuicios no son buenos y todos/as los tenemos. Supongo que por eso hay quienes intentan fervientemente evitar que esas personas puedan tener contacto conmigo, es más fácil vender una mala imagen de alguien, si evitas el contacto con ese alguien para que cada cual corrobore las afirmaciones vertidas sobre él o ella. He conocido alumnos de universidad a los que literalmente les caía mal, incluso me tenían rencor, sin haber hablado conmigo nunca, solo por las mentiras que profesoras y profesores de la universidad les habían contado sobre mí, curiosamente una vez me han conocido en persona, todas esas mentiras se han desvanecido. Una de las mentiras y tergiversaciones que más me llama la atención, es la de que “solo destruyo y no construyo”, es más fácil venderme como “el destructor de la Fisioterapia” para quitarme la razón en todo. Supongo que siempre se puede preguntar a la gente cercana a mí sobre ese tema, ellos podrán responder un poco mejor a mi carácter destructivo y constructivo. Creo que hay mucha gente que me valora positivamente a raíz de dichas críticas, pero los otros hacen más ruido. No me arrepiento de lo que hago, a pesar de las repercusiones negativas.
¿Por qué elegiste estudiar fisioterapia?
Porque quería destruir la Osteopatía, no que va, es broma, pero seguro que muchos es la respuesta que estaban esperando. En verdad no fue por ningún motivo profesional, ni por vocación, de hecho, no conocía realmente que era la fisioterapia cuando me decidí por estudiar esta profesión, no había ido nunca a un fisioterapeuta. Un conocido tenía intención de estudiarla y a raíz de hablar con él, me acabé decidiendo. No creo que el motivo por el cual se decida estudiar algo defina el futuro profesional dentro de ese campo de conocimiento. De hecho, de mis compañeros/as de grado, a los que considero mejores fisioterapeutas y que más implicados están con la profesión, no son precisamente lo que tuvieron un inicio vocacional en primero de carrera, ni tampoco las mejores notas a lo largo de esta. Creo que en esa implicación con la profesión influyen muchos factores y que, hasta que no estás dentro en el grado estudiándola, o posteriormente ejerciéndola, es difícil tomar esa decisión. En mi caso fue en segundo de carrera, movilizando una articulación esternoclavicular, ahí decidí que mi vida sería la fisioterapia.
Te graduaste en la Universidad de Alcalá, ¿qué cosas buenas aprendiste de allí? ¿Cuáles fueron las menos buenas?
Soy bastante crítico con la formación que recibí durante el grado, alguna gente dice que solo destruyo, que no construyo, así que me centraré simplemente en las cosas buenas que aprendí, como fisiología, anatomía, bioquímica… La verdad, el primer año aprendí cosas muy interesantes, que luego creo que se van olvidando poco a poco y no se les da la importancia que realmente tienen. Recuerdo especialmente a una profesora, que despertó mi interés por analizar críticamente las pruebas de valoración, así como a uno de los pocos profesores que me mostraron una visión más actual de la Fisioterapia y una actitud más abierta hacia la crítica. ¿Otras cosas buenas que aprendí? Muchas cosas que no debía hacer en los futuros pacientes que tratase, más de 100podría nombrar, y como no debía razonar para justificarme. Aprendí que no debía tratar de detectar y liberar restricciones fasciales con mis manos, que no debía diagnosticar disfunciones vertebrales en ERS, FRS y NSR y corregirlas, que no debía detectar mal-posiciones o hipomovilidades sacro-ilíacas, que no debía creer en la terapia craneosacra, que no podía palpar la movilidad de las suturas craneales, que no debía recolocar descentrajes de la cabeza del húmero con mis manos, que no debía creer en el “a mí me funciona”, que no hay que vetar el trabajo con media/alta carga en pacientes neurológicos, que no debía pensar que Vojta es útil… Incluso aprendí que no debía creer en la Kinesiología Aplicada, la Bioneuroemoción y la Biodescodificación. Aprendí muchas cosas buenas. Las menos buenas no puedo decirlas, que eso es de ser deshonesto, talibán, rata de biblioteca, tergiversador y cientificista.
Mucha gente te acusa de ser un fisio no clínico que no toca pacientes, tratando de deslegitimar así tu férreo discurso académico contra las pseudociencias. ¿Qué les dirías?
Esta es una de esas mentiras que se van propagando para falazmente quitarme
credibilidad y que, aunque fuese cierto, no implicaría nada para con respecto a
las afirmaciones que hago sobre temas profesionales. Lo cierto es que llevo
realizando práctica clínica desde que finalicé el grado y continúo actualmente.
De todas formas, no deja de ser más que una falacia. Si yo u otra persona,
argumenta algo en contra o a favor de un
procedimiento, el argumento se sostiene por si solo, no porque quien lo formule
trate o deje de tratar pacientes. Si estoy equivocado por “no tratar
pacientes”, no debería costarle mucho a cualquier persona contraargumentar las
críticas que hago hacia dichas pseudociencias.
Hace un tiempo este era un tema que me preocupaba, realmente pensaba que
tenía que hacer clínica para ser buen Fisioterapeuta, que tenía que hacer
clínica para ser fisioterapia a secas, que la profesión era eso. Supongo que
tenía esa idea tan equivocada por el mensaje general que se transmite: si no
haces clínica, eres menos. Aún recuerdo cuando, hace un año y poco, empecé a
plantearme presentarme en un futuro a las convocatorias de contratos FPI y FPU para
hacer el doctorado, y algunos compañeros/as de profesión lo veían mal y me
decían que era una mala decisión, que como iba a estar 3-4 años sin tratar
pacientes, que iba a perder el sentido de la profesión…Todo por intentar optar
a algo, que, de conseguirlo, es de elogiar. ¿Cuál es el problema? El tiempo.
Queremos que la profesión avance, que se investigue, que los jóvenes de
involucren, pero no les queremos dar tiempo. Actualmente me dedico a la
práctica clínica, la investigación y la docencia y solamente hay una forma de
conseguirlo: sacrificar tu vida personal. El nivel de implicación que requiere
mantener un trabajo de práctica clínica de 6-8 horas, que es el que te permite
pagarte un piso, comida, etc, a la vez que lo compaginas con investigar, gratis,
es muy elevado: mucho estrés y poco descanso. No es justo que, a los
fisioterapeutas jóvenes que quieren dedicarse a la investigación y sacarse un
doctorado, se les recrimine por querer que se les pague por ello para,
simplemente, poder vivir un poco por el camino.
Me resulta curioso cómo, esa misma gente que plantea que hay que hacer clínica si o si para ser igual de Fisioterapeuta que el resto, no se plantean que haya que hacer investigación si o sí, para el mismo fin. Ninguna de las dos cosas tiene sentido y no me cansaré de decirlo: se es igual de fisioterapeuta se traten pacientes o no. Actualmente, a cualquier compañero joven que me pregunta sobre este tema le animo a que, si quiere sacarse el doctorado y solicitar un contrato FPI/FPU, lo haga: No vas a ser peor Fisioterapeuta por no hacer práctica clínica durante 3-4 años y no hay nada de malo en que accedas a un contrato que no está al alcance de todos/as, es algo para sentirte orgulloso/a. Creo que debemos animar a la juventud con estos temas, darles apoyo y fomentar que, si les gusta la investigación, investiguen, el futuro de nuestra profesión depende de ello.
¿Por qué le cuesta tanto a tantos fisioterapeutas asumir que son una profesión científica?
Es algo que yo atribuyo en parte a la falta de formación en metodología de la investigación. Yo soy joven, pero la profesión no, de modo que no he vivido en primera persona la situación de la Fisioterapia en España hace 20-30 años, pero todos los Fisioterapeutas que he conocido con más edad coinciden en lo mismo, la formación que se daba antes en metodología de la investigación era muy escueta. Si a esto le sumamos que, posteriormente al salir del grado, la exigencia de la burbuja formativa y laboral te empuja a estudiar otras cosas, técnicas y más técnicas, es difícil sacar tiempo para estudiar por cuenta ajena sobre el método científico, cuando, además, no es un requisito formal de una oferta de trabajo. No obstante, aunque ahora toda esa parte formativa a mejorado, creo que aun le queda mucho por avanzar y, sobre todo, por mejorar en como impartirla, para que los estudiantes se interesen por ello y lo integren mejor en su forma de razonar. En resumen, la ausencia de conocimiento en el método científico, en metodología, en bioestadística, creo que es una parte importante de ese porqué.
En tu blog, Fisioterapia Borrás, analizas exhaustivamente algunas de las principales pseudociencias. Para ello argumentas debidamente, tomándote la molestia de dedicar mucho tiempo a cada artículo, referenciando y justificando tus conclusiones. Después de todo el esfuerzo realizado, pocos son los que lo valoran en comparación con los que te echan el trabajo por tierra, sin ni si quiera leerlo o contra argumentar. ¿Merece la pena realmente?
Mentiría si dijera que no me he planteado esa misma pregunta muchas veces.
Cada vez que lo he hecho, he llegado a la misma conclusión: sí. Yo no publico
en mi blog para buscar gustar a todo el mundo, ni con la esperanza de cambiar
de opinión a gente que tenga ya muy asentadas según que ideas sobre
determinadas pseudociencias. Mi objetivo con dichas entradas son esos
compañeros/as que dudan, que no tienen esas ideas asentadas y que, a lo mejor,
leyendo un escrito argumentado y basado en la investigación, deciden cambiar de
opinión. También escribo porque creo que la fisioterapia no puede dar solo la
imagen de apoyo a pseudociencias de forma pública, a lo mejor si una médica ve
que no todos los fisioterapeutas apoyamos según que procedimientos, confía más
en la Fisioterapia, se da cuenta de que la fisioterapia no es esa idea que
tenía en la cabeza.
También mentiría si dijera que es fácil aguantar todas las críticas sin fundamento y ataques personales que recibo por algunas de dichas publicaciones, pero te vas acostumbrando con el tiempo. Si una sola compañera despierta su pensamiento crítico sobre un determinado tema, a raíz de una entrada que publique, la entrada para mi ha merecido la pena. Hay también mucha gente que me apoya por lo que hago y esa parte compensa con creces a la otra. En cuarto de carrera, concretamente en diciembre, tomé la decisión de defender lo que consideraba justo en la profesión y no me arrepiento de aquella decisión. Esas actitudes de acoso han conseguido ni conseguirán vencerme, actualmente solo lo ha conseguido una cosa, y es esta:
¿La que más ha impregnado a los fisioterapeutas? Creo que la respuesta es
bastante obvia: la osteopatía. Osteopatía en las universidades, en los
postgrados, en los colegios de fisioterapeutas…En todas partes. En 2017, de 327
clínicas que revisé junto con otros dos amigos, del listado de las registradas
en el CPFCM, el 85.9% ofertaban Osteopatía en sus páginas web. Además, 32 de 46
planes de estudio revisados, del grado en Fisioterapia, de universidades
públicas y privadas de España, incluyen la osteopatía: un 69.57%.
Y el problema no es ya la osteopatía en sí misma. Puedo entender el
contexto histórico de la profesión en España que llevó a su inclusión y a que
muchos compañeros/as se formasen en ello. El problema es el poder que se ha
permitido tener a determinadas escuelas privadas de formación en osteopatía,
que creo en algún momento, mucha gente se dará cuenta de su error al haberlo
permitido. Últimamente da la sensación de que no se puede criticar la
osteopatía, dices algo y ya tienes a varias cuentas anónimas y no anónimas
acosándote, difamando, insultando… Eso cuando no envían decenas de cartas a tu
colegio profesional para solicitar tu sanción y llamada pública de atención, en
base a invenciones que hacen sobre tu persona. Pareciera que hubiese una “ley
mordaza de la osteopatía”. Sin embargo, yo seguiré defendiendo mis derechos,
entre ellos el derecho universal a la libertad de expresión, incluso para
expresar mi opinión crítica con respecto a la osteopatía. La terapia manual en fisioterapia tiene su sitio, pero los conceptos que definen la osteopatía no y
es necesario que nos desliguemos de ellos.
Como más estrambótica, diría la bioneuroemoción/biodescodificación y cualquier pseudoterapia similar que achaque a un “trauma emocional” cualquier patología, ya sea desde quistes emociónales guardados en la fascia, hasta tener dolor de hombro por reprimir la homosexualidad, por citar algunos ejemplos.
Una de las cosas más impresionantes que te hemos visto hacer fue cuando escribiste tu Analisis Crítico del Informe del Sefitma, tomándote la molestia de analizar uno por uno los papers referenciados y desmontando el documento. Dicha sociedad parece estar avalada por un comité científico de (según la web) 29 doctores en fisioterapia. ¿Cómo es posible que un joven fisio tumbe a un comité? ¿Es mérito tuyo o demérito de quienes presentan un panfleto así?
El primer contacto que tuve con ese informe fue
en 2017. En mi cuarto año de grado, cuando era un simple bisoño de 22 años
recién cumplidos, un reconocido fisioterapeuta con formación en osteopatía nos dio
una charla para promocionar su escuela de formación privada. Ante mis
constantes cuestionamientos de las afirmaciones que iba realizando, me acabó
nombrando el famoso informe, e “invitándome cordialmente” a salir de la charla
si pretendía seguir preguntándole y cuestionándole cosas, aún recuerdo como,
una vez había abandonado el aula, salió al pasillo para, mediante gritos,
acusarme de haber sido enviado por “los míos”. A día de hoy, aún sigo sin saber
quiénes son los míos. Aún recuerdo leerme el primer informe del SEFITMA y ya
por aquel entonces pensar que no entendía como eso justificaba la osteopatía,
con la ingente cantidad de fallos de interpretación que contenía. La verdad, he
visto fallos muy básicos de interpretación sobre conceptos de metodología y
bioestadística en dicho informe, de la mayoría de los estudios que se citan, y
a mí también me sorprende que, a fisioterapeutas doctores, se le hayan podido
pasar por alto. A mi modo de ver, haberse sacado un doctorado y/o tener más
edad, no es sinónimo de tener más conocimiento y/o más razón que otra persona.
Se puede pasar por el doctorado sin que el doctorado pase por ti, podríamos
decir, y no afirmo que sea ese este caso, pero mucha gente da por hecho que,
como alguien tiene un doctorado, entonces tiene que saber bien sobre
metodología/bioestadística, y no tiene por qué ser el caso, en absoluto.
No me quitaré mérito de todas las horas que he dedicado y dedico a formarme por mi cuenta en estos conceptos, pero no soy nadie especial, hay mucha gente que sabe mucho más que yo, yo solo se una pequeña parte de la superficie, de forma que no puedo atribuir todo esto a un mérito mío, tiene que haber algo más por lo que un joven de 26 años haya sido capaz de eso. Puede ser, y es solo un pensamiento que tengo en la cabeza, que no se pensasen que nadie fuese a contrastar si todas las conclusiones que sacaban de dichos estudios eran más o menos acertadas, ¿quién va a perder el tiempo de su preciada vida en esa labor tan farragosa sin recibir nada a cambio? Era el “arma arrojadiza” perfecta, ante cualquier crítica a la osteopatía, un fisioterapeuta podía plantar sobre la mesa el informe de 734 páginas y querer cerrar el debate con un “ves cuantas hojas de ciencia avalan la osteopatía”, sabiendo que el contrincante no lo leería. Craso error, si que hubo una persona que quiso perder su tiempo. El efecto mariposa: “invitas cordialmente” a abandonar el aula a un chico de 22 años a gritos por el pasillo en una facultad de una universidad pública, y en 2 años le tienes desmontándote un informe avalado por decenas de doctores…
¿Y no es una atrevida arrogancia de la juventud el hecho de que plantes cara a través de la ciencia a gente que parecen ser personas de referencia para muchos otros fisioterapeutas?
Este es un tema que llevo viviendo de cerca desde que estaba ya en el grado, el pensamiento de que un joven no puede cuestionar a una persona mayor con más años de experiencia. Cuan equivocado está ese pensamiento. Yo no tengo problema en debatir con una compañera de grado, un alumno al que esté dando clase, un doctor, o una catedrática, me daría igual incluso que tuviera un premio nobel, creo que es una cuestión de respeto, de reconocer a la otra persona como un igual en ese debate, y aceptar que sus argumentos se sostienen solos y no por ser él/ella quien los diga. Por tanto, respondiendo a la pregunta, no es atrevimiento, es respeto. Supongo que hay quienes no les gusta ver que existe una juventud que no necesita que la cuiden, que se vale por sí misma, que puede estar a su mismo nivel, sin tener la misma edad, que no les necesitan. La juventud de nuestra profesión tiene un potencial increíble, y pienso que todas esas personas deberían empezar a mostrarle el respeto y la consideración que se merece, al fin y al cabo, guste más o menos, el futuro de la profesión no es ellos, somos nosotros.
Últimamente te hemos visto quejarte de los Fisio Instagramers y la baja calidad de su propuesta, infografías, revisiones de artículos científicos...¿Hemos aprendido ciencia para esto?
Yo creo que la pregunta sería ¿hemos aprendido ciencia? Lo que, desde mi corta experiencia he podido observar, es que gran parte de las personas que se dedican a la divulgación científica en redes sociales carecen del conocimiento necesario para interpretar esa literatura científica sobre la que divulgan. Siempre lo diré, para divulgar ciencia hay que saber sobre metodología y bioestadística. Las redes sociales son una herramienta muy potente para hacer llegar a la población el conocimiento obtenido mediante el método científico, pero una cosa es la herramienta y otra el uso que hagamos de ella. A mi parecer, el crecimiento que está habiendo de divulgadores en el ámbito de la salud, es un error, vendemos verdades a peso de “me gusta” y número de seguidores.
Ok, de una persona tan crítica es justo esperar recibir críticas entonces. Adelante entonces, critica pues a esta página pueril y nibelunga. Feel free.😈
Bueno…he de decir que me resulta complicado realizar dicha crítica. Algo que no suelo apoyar es el anonimato, de hecho, a las cuentas anónimas que me acosan por criticar la osteopatía, directamente las tengo bloqueadas, pienso que hay que ir de frente en ese sentido. No obstante, y visto el panorama actual con respecto a la aceptación de la crítica en nuestra profesión, entiendo que haya quienes sigan queriendo mantenerse en las sombras, ya que las repercusiones que puede tener decir tu opinión en público, no están justificadas, y esta es una forma de evitarlas. Necesitamos que ciertas opiniones e informaciones salgan a la luz, y si para ello es necesario vuestro anonimato, bienvenido sea, bastante acoso nos llevamos dese hace años ya algunos/as, mejor que no nos lo llevemos todos/as. No obstante, siempre puede ser que algún día esta portada vea la luz… 😉
Muchas cosas. Si me empeño en querer hacer algo, no suelo dejarlo pasar por muchas repercusiones negativas que ello tenga para mí, me cuesta ir en contra de algún principio que tenga con respecto a un tema, aunque ello pueda llegar a suponer quedarme sin trabajo (de hecho ya tuve que irme a la calle por ello una vez, las mutuas y yo no congeniamos demasiado bien), las personas más cercanas a mí me lo suelen decir, aunque no suelo hacerles mucho caso, cabezonería podríamos llamarlo. También soy bastante reactivo, de hecho, la mayoría de publicaciones que tengo en mi blog, tienen un motivo de ser, algo que me sucedió que me despertó la necesidad de tener que hacer cada entrada, es un “click” que no controlo y acabo gastando 1 semana o más tiempo de mi vida en hacer un escrito, por no ser capaz de olvidarme de ello. Por otro lado, tengo mucha discrepancia con lo que yo mismo hago y a la vez critico, pienso que doy demasiada sensación de tener un conocimiento que, realmente, no creo que tenga, al fin y al cabo, no soy más que un chaval de 26 años que juega a ser investigador formándose por su cuenta. Yo solo estoy rascando la superficie, de lo que más he podido estudiar desde hace 5 años es de aspectos relacionados con el hombro y de metodología/bioestadística, y a día de hoy lo sigo pensando, no soy experto ni en lo uno ni en lo otro, la cantidad ingente de conocimiento que me queda por aprender es abrumadora, y no creo que el conocimiento que tengo actualmente se corresponda en todo momento con la imagen que transmito, pero no siempre me doy cuenta para corregirme. También creo que soy bastante “frio” a la hora de expresarme en redes sociales, no irrespetuoso como algunos/as se empeñan, el respeto es otra cosa muy distinta, pero creo que muestro mis opiniones de forma muy directa y a veces con poco tacto, y eso no tiene porqué sentarle bien a todo el mundo. Creo que esto se debe, en parte, a que intento tratar a cualquier persona con la que debato como igual, y en ese trato como igual, dado que yo prefiero que me traten como adulto y me digan las cosas claras, sin eufemismos, acabo mostrando mis opiniones de esa misma manera. En persona ya es distinto, al menos la gente que me ha conocido y hablado conmigo, han visto que esa imagen de redes que tenían de mí no era del todo acertada.
¿Crees que la osteopatía será incluida finalmente en el listado de pseudoterapias que prepara el ministerio?
No lo creo. La evaluación que se está haciendo para tomar esas decisiones es sobre la presencia de investigaciones acerca de la efectividad de dichas intervenciones, a groso modo, pero no se está valorando la plausibilidad e interpretando adecuadamente esos estudios de efectividad, a mi parecer. Es decir, como hay mucha literatura mostrando que la terapia manual mejora la sintomatología de distintos procesos, muchas utilizando en el apartado de técnicas aplicadas la palabra osteopatía, esta no se incluirá en el listado. La cuestión es, ¿son pruebas de que la osteopatía es efectiva, o de, por ejemplo, que una manipulación/movilización son efectivas? Pruebas de la efectividad de la osteopatía como tal no hay tantas, no se sostiene tal afirmación, ya que implica que haya pruebas de sus modelos conceptuales de cuándo, dónde y porqué aplicar un tratamiento. Lo que hay son pruebas de que determinadas técnicas de terapia manual, parecen ser efectivas en el abordaje de distintos procesos. Sería un poco igual que lo que sucede con la acupuntura, que haya investigaciones mostrando que pinchar con agujas alivia el dolor, no significa que haya pruebas de que la acupuntura sea efectiva. Son dos conceptos distintos, que en el análisis del ministerio no se está teniendo en cuenta. De todas formas, aunque no se incluya, su situación a nivel de plausibilidad, de justificación, de pruebas, no cambiará. La osteopatía no será más científica por ello.
Y ya para concluir...Formas parte de la comisión de terapia manual del Colegio de Fisioterapeutas de Madrid, la cual está también compuesta por muchos osteópatas. ¿Te gusta el masoquismo? Cuéntanos un poco como son esas reuniones.
¿Puedo decir algo de este tema sin que me lleguen cartas de denuncia al colegio? ¿Tengo permiso? Entré en la comisión de terapia manual a finales de 2018, tras toda la tormenta que hubo a raíz de los vídeos de YouFisio (D.E.P). Por aquel entonces, el principal objetivo de la comisión era la elaboración de un documento marco de terapia manual. Han pasado más o menos dos años y aún no se ha conseguido cumplir ese primer objetivo. De hecho, de material elaborado por la comisión, jornadas realizadas, eventos en los que hayamos participado…No puedo decir nada, ya que realmente no hay nada. Las reuniones son…intensas, mucha discrepancia de opiniones y poca sensación de que vaya a llegarse a ningún consenso. Los fisioterapeutas colegiados en Madrid pueden solicitar acceso a las actas de nuestras reuniones y ver los temas tratados en las mismas. Yo seguiré un tiempo más en dicha comisión para ejercer mi derecho a la libertad de expresión, mi derecho como colegiado a intentar hacer crecer mi profesión a través del colegio y defender mis ideales. Para mí, todos los fisioterapeutas somos iguales, sin importar la terapia manual que utilicemos, usamos “Fisioterapia Manual”, no “Fisioterapia Manual, osteopatía y quiropraxia”. La osteopatía no está por encima del resto de técnicas de terapia manual que usamos en fisioterapia, no es algo que haya que distinguir del conjunto, si se acepta bajo un paradigma científico, no es más que un conjunto de técnicas de terapia manual sin mayor importancia. Este tema ha dado mucho debate dentro de esas reuniones. Hay quienes, desde mi punto de vista, no son capaces de aceptar esta igualdad y necesitan un apellido, no seré yo quien defienda los apellidos, estos solo nos dividen, somos Fisioterapeutas, nada más.
Aprovecho para dar las gracias por estas preguntas tan interesantes, que seguro despertarán las ganas de ponerme alguna queja más ante mi colegio profesional.
"Eres ... una voz discordante contra aquellos que denostan los principios científicos de la fisioterapia". ¿Podéis poner algún ejemplo concreto de ello? Porque yo jamás vi a un fisioterapeuta denostar ni la Ciencia ni sus principios.
ResponderEliminar¿Jamás lo viste? Pues por desgracia estamos invadidos Enrique. Cualquier fisioterapeuta que da credulidad a pseudociencias ampliamente demostradas por delante de terapias más ajustadas a una plausibilidad biológica, a la evidencia científica o, si me apuras, al propio sentido común, está echando por tierra los principios científicos de la fisioterapia, en cuanto a que está dando mayor credibilidad y prioridad a esas otras técnicas.
EliminarEse es otro tema, en mi opinión. De lo que se habla es de "denostar los principios científicos", y sigo sin ver ningún ejemplo manifiesto. Por otra parte, lo que en España se intenta por todos los medios llamar "pseudociencias", en algunos casos están integradas desde hace muchos años en otros países dentro de los sistemas públicos de salud, con lo que queda manifiesto que su aplicación es, como mínimo, opinable. Esa línea "neta" entre "técnicas buenas" y "técnicas malas", no existe, y la propia OMS, en su estrategia sobre las Terapias Tradicionales, insta a que efectivamente muchas de estas técnicas sean integradas en los sistemas de salud y estudiadas. Mucho me temo que la OMS no debe estar en contra de la Ciencia.
EliminarEn tal caso Enrique... debes ponerte las gafas de ver. Cuando un fisioterapeuta apuesta tan decididamente por disciplinas demostradamente pseudocientíficas, como opción principal de tratamiento y casi de guía de su vida, tal como ocurre con la osteopatía por ejemplo o con otras pseudociencias a las que por desgracia estamos demasiado habituados, está tirando por tierra los principios científicos. Puede que nos cueste asumirlo Enrique, pero teniendo la ciencia como principio básico del que partir, no deberíamos emponzoñar nuestro trabajo con procedimientos que denosten esos principios, o que les importen bien poco.
EliminarNo es que estemos obsesionados en España por descartar las pseudociencias como opciones de tratamiento, es que en realidad es una tendencia global. La propia ciencia es la que siempre se va abriendo camino, si no, querido Enrique, no podríamos estar escribiéndonos nosotros y tú ahora mismo, desde el cómodo teclado de nuestros ordenadores. La OMS representa a la salud mundial y no puede obviar la importante presencia de pseudociencias como mecanismos de "medicina alternativa" para intentar sanaciones, más aún cuando paises gigantes como China, todavía están en vías de abandonarlas. Lógicamente la apuesta de la OMS es decidida hacia la ciencia, pero sin descuidar que venimos también de una historia larga de pseudociencias. La propia ciencia se ha ido esculpiendo a base del ensayo y el error y en ese sentido han sido muchas las pseudociencias que han enseñado las fronteras por las que no transitar a la propia ciencia. El problema no es que existan, sino que haya profesionales con profesiones científicas que las amparen bajo su paraguas, creando así una indeseada confusión.
Por favor más entrevistas valientes como esta :-)
ResponderEliminarEnhorabuena por la entrevista y gracias a Rubén por el trabajo que está haciendo. Durante muchos años la ausencia de voces críticas ha propiciado una situación provechosa para muchos, y esta claro que no van a apearse de sus privilegios así de fácil. Aunque en muchas cosas pueda disentir y haya cosas que tal vez haría de otra manera, confío en que el futuro de nuestra profesión estará liderado por gente como él, joven aunque sobradamente preparada, con valentía para desafiar el status quo y para generar cambios. Los que somos ya "mayores", en lugar de competir con ellos, tenemos la obligación ética de respetarles como compañeros/as, y la responsabilidad de luchar para que sus opiniones sean, al menos, escuchadas.
ResponderEliminarNerea Prada col. 352 COFPV
EliminarY vosotros como quien habéis empatado?
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