Soy una fisio de mierda

Así es. Es lo que pone en el título. Sí. Lo soy. No hay duda. Han sido años diciéndomelo a mí misma. También diciéndomelo todo mi mundo al rededor. Soy/Eres una fisio de mierda. O normalucha. O mala. Del montón. No sé que es peor, si mala o del montón. El caso es que buena no soy. Ni por asomo. No debo serlo. ¿Por qué me siento así? ¿Por qué pienso esto? ¿Por qué me siento tan mal después de haber luchado tanto? ¿Son acaso años y años tirados a la basura? ¿Sienten esto mismo otros profesionales como yo? Después de todo este tiempo, no sé ya si lo que tengo es una dilatada experiencia o un montón de años tirados a la basura. Porque eso es lo que noto, mucho tiempo perdido, mucha frustración, muy pocas ganas de seguir y, a veces...unas tremendas ganas de tirarlo todo por la borda. O de retroceder. Sí, retroceder. Retroceder hasta ese fatídico día en que, no sé bien por qué razón, decidí poner Fisioterapia en la preinscripción universitaria. Todas las universidades además, por si no estaba claro. La puse antes que otras, aún teniendo nota para lo que quisiese. Y ya veis, aquí estoy, triste y perdida. Casi muerta. Si pudiera regresar a ese instante, no tengáis dudas de que no cometería el mismo error.

Soy una fracasada. Pero no siempre fue así. Hubo un tiempo en que creí que todo esto cambiaría. Quizá todavía quede un 1% de eso. Pero, ¿dónde está mi éxito si sigo encerrada en un bucle que yo no puedo romper? Yo me formé, hice todo lo que me dijeron mis padres, mis profesores, mis amigos. Cogí una carrera con salidas, con futuro en teoría...Futuro. Hermosa palabra. Nunca ha existido para mí. Sólo he vivido un constante presente de frustración por haber querido ser fisioterapeuta. Sí claro, está muy bien, es muy bonita la carrera, puedes hacer muchas cosas. Y hay veces que he estado bien, he estado mejor. La vida me la han dado los pacientes a los que he ayudado, de alguna forma supongo, porque yo no soy buena y, no sé ni como conseguí que sanaran algunos.Yo no hago osteopatía. Yo no hago pilates. No hago miofascial visceral. No sé...Y a su vez tampoco me doy voz, no soy una fisio tan dinámica. Yo soy clínica, siempre he querido serlo. Siempre he luchado porque se me respete como profesional y sólo me he topado con gente diciéndome lo que tenía que hacer. ¿Por qué? Yo os he respetado a vosotros, ¿por qué vosotros a mí no?

No todo el mundo podemos tener una clínica. No todo el mundo creemos en lo que los demás creéis. Es muy respetable que también queráis salir adelante en esto, pero no a cualquier precio. No a costa de mi propia salud. Porque eso es otra, soy fisioterapeuta, a punto de cumplir 40 y...estoy baldada. No se si es el peso del pesimismo sólo, pero creo que también influye mucho lo mal que nos cuidamos en este profesión. ¿Cuando se abolió la esclavitud? Espera que me ría...dicen que en el siglo XIX. Jejej. para mí no. No he conocido otra cosa que ser tratada muy mal por todos mis jefes. Todos, sin excepción. Muchos de ellos colegas y compañeros de mi misma profesión, que se han burlado de mí y que han contribuido a este malestar que hoy casi explota. Sólo ven € subiéndose a sus camillas, nada de pacientes. No son honestos. No dan altas, prolongan al afectado hasta la extenuación. Se inventan patologías, supuestas prevenciones, mantenimientos y otras mentiras sin parangón. No lo quieren reconocer. No lo reconocerán nunca.

¿Y por qué siento que soy una mala fisioterapeuta? Pues porque así me lo han hecho creer. No tengo una clínica propia y ese, para muchos, parece ser argumento para no poder quejarme. No todo el mundo podemos tenerla. He estado muchísimos años intentando entrar en el sistema de salud, pero como soy nefasta, otros recién salidos de la universidad entraron directamente y yo no. Me he formado mucho, tengo másteres, cursos en técnicas que no están tan de moda, en conceptos que me resultan interesantes y útiles. Pero no, no hago Pilates, porque yo soy fisioterapeuta y nunca ha encajado conmigo. No he hecho una manipulación en mi vida. No he tratado riñones...porque no sé. O porque no me lo creo, a estas alturas ni lo sé. Me da igual. Me siento clínica, responsable, no puedo engañar a la gente... creo que no hay nadie ahí fuera para entenderme. Yo amaba esta profesión porque pensaba que era parecido a otras profesiones sanitarias. Una especie de vocación necesaria para el sistema. Pero no, me veo relegada a transportar una camilla que pesa un horror, para tener que cobrarle mucho dinero una señora que vive en la inmundicia y que me necesita como el comer...¿Todo eso no podría ser de otra manera? No sé, hay algo que me come por dentro.

Tengo largas batallas en mi cabeza que no resuelven en nada. Hemos creado una necesidad donde no la había y, ahora todo el mundo quiere preguntarme por sus dolores, pero luego nadie me paga. Cuando me reúno con mis antiguos compañeros, me quedo blanca. O gris. No sé que pensar. Han abandonado la fe, el método científico, la salud...Viven una mentira que ni ellos se creen, pero que como les da dinero, tapan para seguir adelante. Ya no sé si soy una agente de la salud, una vendedora de productos fisioterapéuticos que cambian cada año más por moda que por ciencia, o un globo pinchado tirado en un descampado. Eso último me siento. Todos los fisios son importantes, pero yo no. Todos los fisios leen cuerpos y patologías con el tacto de sus manos, yo lo he intentado, lo juro, pero no soy capaz. Todos los fisios sacan partido económico a sus millones de cursos, pero yo tampoco. ¿Qué hago mal? ¿No creer? ¿Qué es lo que me falta? Yo no puedo ser así...Y eso me pesa en el alma

Después de quince trabajos distintos, pensaba yo que podría tener estabilidad. Cuanta mentira. Nunca he tenido nada parecido a eso. He cobrado siempre mal, han abusado de mi como falsa autónoma, como empleada explotada. Me han tirado convenios de basura a la cara, pues a eso se acogen tus propios compañeros, a relegarte a un vasallaje decimonónico, a pesar de sacarles el trabajo, de contribuir mientras con su riqueza. Creo que me he hartado de ser tan tonta, de regalar tanto pan...Pero el problema es que está el campo sembrado de fisioterapeutas por culpa de las universidades privadas, ¡qué mas da! Si al final siempre es lo mismo. El masaje. El masaje se busca en las clínicas. Y poder poner cartelitos que anuncien tus bondades, la mayoría falsas o incompletas. ¿Qué más da lo que yo sepa? Si tengo experiencia. Si obtengo resultados sin manipular...Eso da igual, porque soy una mala fisioterapeuta. Soy peor que eso, porque encima me quejo, y está mal visto.

Por favor, que alguien detenga esta rueda loca que va a acabar conmigo. No quiero pensar que mi vida ha sido esta mentira. Yo también quiero ver la vida de otro color y disfrutar de un buen sueldo, que valore mi trabajo de forma digna, que explique porque llevo tantos años en esto y tantos pacientes a mis espaldas. Quiero llegar a fin de mes y al menos, si me siento mal por tantas cosas, ver que lo que haga está valorado y no me hace sufrir. Que me da la posibilidad de vivir. Soy mala fisioterapeuta, pero siempre me he esforzado en mejorar. nunca he vendido mentiras, nunca he sido embustera conmigo misma. Siempre os podré mirar a los ojos, aunque la poca fuerza que ya me queda hace que se caigan rápido. Quiero dignidad. Dignidad para mi profesión. Dignidad para mí misma. Soy fisioterapeuta. Quiero ser fisioterapeuta. Por favor...