La fisioterapeuta mexicana Diana Delgado sabe perfectamente lo que significa que una crisis arrase con tu profesión y trate de dilapidar tus sueños. Armada de coraje, ha decidido convertir su vivencia en una oportunidad vital, pero no por ello deja de estar preocupada con la situación precaria de la fisioterapia en su país. México vive ahora una situación injusta para una profesión que no paraba de crecer. Hoy se sube a esta camilla para relatarnos lo que ha vivido y lo que queda por vivir.
Fisioterapeuta y mexicana, ¿cómo es estudiar fisioterapia en México?
Con el paso de los años la fisioterapia de ha puesto de moda en México. Cuando empecé a estudiar, la carrera era poco conocida, además de que había escasas opciones de dónde estudiarla. Hoy en día las elecciones para estudiar la carrera son vastas. La escasa regulación por parte del gobierno da pie a que existan lugares ofreciendo cursos de 6 meses para convertirte en un “fisioterapeuta”, poniendo en riesgo la base científica y nuestro prestigio como profesionales. Es difícil encontrar una escuela con el temario adecuado, los docentes preparados y la oportunidad de realizar prácticas clínicas de calidad con personal capacitado, así que hay que analizar bien todas las opciones.
1) ¿Cómo era el mundo laboral de la fisioterapia en México antes de la pandemia?
Se puede decir que el tema de la fisioterapia estaba agarrando fuerza en el país cada vez más, la gente empezaba a conocernos como profesionales, ya no éramos sólo los masajistas. Los grandes hospitales empezaban a estar interesados en áreas de rehabilitación, los asilos se preocupaban por tener a fisioterapeutas ejercitando a los adultos mayores. En la capital del país no faltaban las opciones de clínicas privadas dedicadas a la fisioterapia ortopédica principalmente.
2) Y entonces vino la pandemia y...arrasó con todo. Muchos de vosotros perdisteis el trabajo y os quedasteis en la más absoluta indefensión. ¿Qué ha sucedido con la fisioterapia y los fisioterapeutas durante esta pandemia?
Creo que puedo hablar por bastante gente al considerar al inicio que el encierro obligatorio debido a esta pandemia sería de máximo 3 meses. Una estimación tan positiva como errónea. En experiencia propia, en mi trabajo, nos dijeron que no podrían continuar pagándonos, pero que dentro de unos meses esto acabaría y volveríamos a nuestros puestos laborales usuales. Al día de hoy, esa empresa se encuentra en suspensión de actividades indefinidas. Algo similar le pasó a la muchos de mis colegas fisioterapeutas, ya que nuestra labor se consideró como no esencial. Aclaro que este relato es en experiencia propia y de colegas y amigos míos.
Los hospitales comenzaron a tener cada vez más ocupación. En otros países veía en redes sociales, cómo la fisioterapia tomaba fuerza y era reconocida por su labor al igual que otro personal de salud. Aquí no éramos considerados para entrar a laborar en hospitales COVID, sólo permitían médicos y enfermeras, al menos en el primer año. Hoy muchos de nosotros seguimos enfrentándonos a una situación difícil, sin tener reconocimiento merecido y luchado dentro de nuestro sistema de salud. Hablar de encontrar trabajo suficiente y prestaciones es una búsqueda casi imposible. Muchos optan por trabajar por su cuenta o emigrar a otros países en búsqueda de mejores condiciones.
3) ¿Cómo es el trabajo en las clínicas privadas allí? ¿Qué tal las condiciones? ¿Hay mucha explotación?
Desde mi punto de vista, el trabajo en las clínicas privadas en México cuando eres empleado, en pocas palabras, muchas veces, es...deplorable. Para darles un mejor contexto queridos lectores, en una clínica privada el sueldo no rebasa los 8,000 mxn mensuales, estamos hablando de 332 euros mensuales aproximadamente. Además de que es en una jornada de tiempo completo, de lunes a sábado de 9 am a 6 pm. El dinero ofrecido es insuficiente para que una familia sobreviva, y esto sin mencionar que no se incluyen ningún tipo de prestaciones, ni seguro médico en la mayoría de los casos. Aunado a esto, entre los requisitos que piden las clínicas está el contar con múltiples cursos y certificaciones para ser considerado como candidato. Haciendo cuentas de los sueldos que ofrecen, los horarios y pocos permisos para realizarlos, cumplir con dichos requisitos es un tema complicado.
Claro, que lo de hoy es atender personas post COVID. Muchas veces, te piden que realices aspiración de secreciones, ir hasta el domicilio del paciente, con tu propio transporte, equipo de fisioterapia y protección, el riesgo de contagio es altísimo ya que nada asegura que las personas ya no sean contagiosas, además de que no te aseguran a ti como empleado pruebas COVID constantes. En pocas palabras, nos piden poner en riesgo nuestra salud y de nuestros familiares, con un sueldo paupérrimo sin prestaciones ni oportunidades de crecimiento.
4) ¿Y qué sucedió con las clínicas en la pandemia?
Actualmente en México hay más de 2 millones de personas desempleadas, muchas empresas quebraron. Esto quiere decir que aquellas clínicas privadas tuvieron que cerrar porque la situación se volvió insostenible. Las clínicas privadas tampoco fueron consideradas como actividades esenciales, así que, durante un año, muchas se mantuvieron completamente cerradas, claro que muy pocas pudieron sobrevivir a la pandemia. Muchos colegas perdieron al menos de forma temporal su trabajo. Fue una situación difícil para todos, y la sigue siendo.
5) Vista la situación, ¿hacia dónde encaminas tus pasos ahora? Hemos escuchado algo a cerca de la Universidad de Sheffield.
Toda esta situación me hizo saber que yo quiero hacer las cosas diferentes, y este blog fue parte de esa inspiración. En México se nos sigue enseñando la fisioterapia neurológica con las técnicas creadas en los años 50, con poca base científica. En México, tenemos millones de adultos mayores con discapacidad motora severa. Necesitamos empezar a actualizarnos, a estudiar, cambiar paradigmas y entender mejor el cerebro y movimiento humanos. Al día de hoy tengo un lugar en la Universidad de Sheffield en Reino Unido para la maestría de Neurología Clínica para iniciar en septiembre de este año. Pienso que esta experiencia me dará las herramientas necesarias para dar una tratamiento más efectivo y focalizado a las necesidades reales de los pacientes, pero, sobre todo, empezar a romper paradigmas, algo tan necesario al día de hoy en mi país.
6) Si tuvieras que cambiar algo sobre la perspectiva de la fisioterapia en tu país, ¿ qué sería?
Cambiaría esa perspectiva errónea que tienen las clínicas privadas y hospitales de que el mejor fisioterapeuta es aquel que tiene miles de cursos y certificaciones. Pienso que el mejor fisioterapeuta es el que no tiene miedo de cuestionar los conocimientos previos y enseñados, es aquel que busca innovar con base científica real, que busca investigar, que busca hacer las cosas de manera diferente sin perder ese contacto humano. Creo que me gustaría cambiar esa mentalidad.
7) Muchos fisioterapeutas mexicanos (y otros tantos latinoamericanos) nos han relatado que los problemas en su país son bastante similares a los que también manifestamos en el blog. ¿Estás de acuerdo en ello?
Totalmente de acuerdo, al mismo tiempo que la fisioterapia toma importancia y se vuelve conocida, comienza esta invasión de cursos, certificaciones con base en pura teoría, imaginación y mucho placebo. Esto hace que muchos colegas caigan rendidos ante esto porque les genera más ganancia, pero poco ayuda a los pacientes. Las pésimas condiciones laborales se repiten en donde sea. Realmente creo que la lucha es continua al pelear por nuestro lugar.
8) ¿Qué le dirías a una persona que está pensando estudiar fisioterapia en México pero que aún no se ha decidido?
Diría que es una carrera muy bonita, que se
necesita tener muchísima vocación porque si lo que buscas es riqueza, va a
costar bastante encontrarla. Diría también que es una carrera poco valorada, y
que como fisioterapeutas tenemos que unirnos para empezar a cambiar mentalidades
en nuestros propios países, debemos ser más unidos. Por otro lado, la
satisfacción de saber que estás haciendo lo correcto por tus pacientes y que
los estás ayudando de cierta forma a recuperar su independencia, es inmensa.
Los pacientes en México son sumamente agradecidos, no podrán pagarte muchas
veces con dinero, pero siempre harán lo posible por agradecerte, tal vez con
comida, tal vez con un abrazo o una sonrisa. Y las historias nunca van a
faltarte, eso seguro.
9) Y para concluir, la pregunta es inevitable. Dada la capacidad sobrehumana que tenéis los mexicanos para resistir el picante en vuestro cuerpo, ¿podríamos considerar que sois la población con el umbral del dolor más alto de todo el planeta?
Es una buena pregunta, porque a pesar de que nos encanta sufrir con el
picante, creo que el umbral de dolor es igual aquí y en China. Al ser humano le
disgusta el dolor por donde se le vea, entre menos dolor sintamos, mejor.
Siempre me pasa que la primera vez que veo a un paciente, piensa que va a
dormirse y disfrutar de una terapia relajante con música, pero cuando se dan
cuenta que puede llegar a sentir algún malestar, que la terapia incluye ejercicio, movimiento y
además tarea, créanme, ese umbral disminuye bastante, así que no se fíen mucho
por nuestra tolerancia al picor, al dolor le huimos por igual.
Conclusión de todo esto, da igual cuantos chipotles resistas que nada podrás contra el fisio y sus aristas. Muchas gracias por compartir este rato allende los mares, más cercanos de lo que nos pensamos. Fuerte abrazo y éxitos.
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