- Esos fisios son muy hands-off.
- ¿Hands qué? - pensé. El único Hans que yo conocía era Han Solo y no podía haber nadie más sagrado que él, caballero de fortuna a bordo del Halcón Milenario.
El inglés. Ese idioma hereje y puto al que hay que reconocerle una facilidad para lo práctico en sus términos como ningún otro, había venido a definir y adelantarnos la realidad de un debate (o no) que por lo visto se vivía fuera de nuestras fronteras, por parte de otros fisioterapeutas. Ni que decir tiene que eso de hands-off aquí ni existía. Llegábamos tarde, incluso entre los tardíos, al término y concepto. Pero los fisios más avanzados estaban más puestos en el tema. Sin embargo, a día de hoy, escribiendo estas palabras, sabemos que habrá muchos fisios que se enteren de esto gracias a nosotros y otros, la mayoría, que sigan perteneciendo al 90% afortunado que vive en la parcial ignorancia.
Pero...¿qué es hands-off? ¿Y qué es hands-on? Me pregunté yo. O se lo pregunté a mi amiga, por aquel entonces. Vino a decirme que "la corriente" de fisios que hacían hands-off, practicaban, como su propio nombre indica, terapia sin la necesidad de poner sus manos sobre el paciente. Hands-on era por tanto, lo contrario. Ejercicio terapéutico, trabajo activo por parte del paciente, ese tipo de cosillas...Pero la terminología iba más allá y casi se daba la siguiente dicotomía.
Hands-on: Fisioterapia tradicional. Conservadurismo. Masajeo. Aceite. Camilla. Magia. Lo que quiere el paciente.
Hands-on: Fisioterapia moderna, innovadora y molona. Revolución. Chaladura. Ejercicio terapéutico. Evidencia científica. Incomprensión. Putos raros. Lo que quiere el fisio.
Había surgido así una especie de batalla intelectual sobre el abordaje fisioterapéutico de nueva concepción. Como reacción a la reforma instaurada por los fisios desde sus clínicas privadas, basada en la sobreactuación de terapia manual en camilla, en detrimento de la antigua aparatología y el "no toco al paciente básicamente porque no tengo tiempo y el médico rehabilitador le ha mandado todo aparatos", se imponía una especie de contrarreforma, sustentada por la necesidad de razonar un poquito más lo que se hacía y el adictivo gusto por la evidencia científica. Mi amiga, que hablaba claramente desde el hands-on-ismo, ya me había marcado claramente con su tono de voz cual era el camino a seguir. Y yo, en cambio, pensaba para mis adentros, que mi eterno debate sobre la propia fisioterapia que yo practicaba, se basaba, precisamente en una mezcla de ambas. Sin diferencia. Según el caso. Según necesidad del paciente. O según mi convicción. O ni idea, pero yo aplicaba ambas fórmulas, pues ambas me las habían enseñado en mi formación, sin yo darme cuenta de que tenían algún tipo de etiquetas. Simplemente quería poder aplicar lo mejor para el paciente. Menos mal que pasaron por allí algunos fisios para aportar algo de sensatez al asunto:
Luis Torija @luistorija
@_RaulFerrer @edufisiomieres me reitero que la dicotomía hands on hands off es falsa. Es fisioterapia. #miOpinion
Antes era fisios VS. osteópatas fisio. Ahora fisios hands on VS. fisios hands off. Da igual la excusa lo importante es la gresca #desunión
Hello. Is any neuron there? Dijeron, llamando a la puerta. Pero nadie les dejó pasar, sólo algunos hands-off-istas, que recuperaron cierta esencia de lo tradicional. El resto, siguieron y siguen encerrados en sus clínicas privadas (por favor, salid). O en los cursos de osteopatía y de expertos en no se cuantos.
El breve debate terminológico se zanjó pronto, no por el sentido común aplicado, como reclamaban algunos, sino por la imposibilidad de que el hands- off se convirtiese en una posibilidad real de tratamiento. Es una corriente que viene de Australia, me terminó de aclarar mi amiga. Y la tan alabada fisioterapia australiana debería tener razón en sus premisas, pero esas modernidades chocaban y chocan aquí de frente con algunos de los problemas reales. Lo cual da pie a otra dicotomía. O policotomía dicotómica. O más bien, consumación de hechos Se resume asín:
1) Fisio de moda -> Muchas unis de fisio -> Exceso de fisios -> No hay trabajo/Monto clínica -> Paciente = Cliente -> Cliente quiere hands-on -> Cliente no entiende hands-off -> Cliente siempre tiene la razón -> HANDS- ON
2) Fisio de moda -> Muchas unis de fisio -> Exceso de fisios -> Muchos cursitos posgrados -> Todos de técnicas y hands-on -> Vuelvo a mi clínica -> Aplico lo que me enseñan -> HANDS - ON
Ambos caminos finalizan en el hands-on. Más allá de que haya debate o no, tampoco hace falta ser cínicos. Es raro encontrar al fisio que practique el hands-off. La mayoría de los fisios no son 100% libres en el ejercicio de su profesión, como tantas veces hemos dicho, al estar presos de unos gastos que sufragar en sus negocios. Eso destruye la fisioterapia y banaliza todo lo demás. De modo que si el cliente quiere hands-on, como es el que paga, el cliente tendrá su hands-on.
Resta decir que, entre el marasmo de ideas arrojadas sobre esta dicotomía policromada, el fisioterapeuta Javier Trujillo se lleva la palma de oro por acertar en poner la mente a funcionar en medio de tan poco apasionado debate. A Javier le debemos uno de los artículos más sensatos escritos nunca y de obligada lectura para todos los que se pretendan llamar profesionales de ésto. Es justo reconocer que hay fisioterapeutas brillantes que, de tanto en cuanto, usan el cerebro para compensar la falta de sinapsis del resto. Nos quedamos con él y os despedimos con su mejor frase:
La Fisioterapia no es Hands-on ni Hands-Off, es siempre Brain-on
Hay fisios que no tienen aparatos en su clinica y aun con bastante competencia no quiebran y aguantan años
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