viernes, 22 de enero de 2021

El síndrome de inventarse síndromes

En el largo debate entre ciencia y pseudociencia, donde la fisioterapia parece estar implicada cuando no debiera, son muchas las cosas que nos resultan sorprendentes. Nos basamos en leer y releer comentarios de la gente, escuchar ponencias o conocer opiniones de compañeros. A día de hoy, el germen científico no está nada arraigado, sigue sin estarlo y parece lejano conseguir que se afiance de algún modo. La gente es consciente de que la ciencia ha contribuido a mejorar el mundo pero no lo es tanto de que la creencia, como antagonismo de la ciencia, no ha hecho otra cosa que empeorarlo, o en el mejor de los casos enlentencerlo, entorpecerlo, dinamitarlo o remar contra corriente. La fisioterapia intenta avanzar con una pesada bola de acero atada en uno de sus tobillos, pero esa bola no es un ente material, sino humano, son muchos compañeros conformando una pesadísima cadena sobre el tobillo reo de la profesión. Llega a ser tan pesada esta carga, que sus argumentos hacen que el preso fisioterapéutico no pueda avanzar, se tropiece y se caiga constantemente. ¿Para qué perderemos el tiempo en esto? Si contra la creencia y la fe, no se puede hacer nada. Sólo así se explica, por ejemplo, que en pleno siglo XXI la gente siga creyendo todavía en la iglesia.

Pero es que en algo hay que creer, suelen decir, cuando encuentran un mundo hostil y miserable que no les acompaña precisamente en sus miedos y temores hacia la evolución. No hablamos del enorme mal que hacen algunas corrientes de despensamiento que son capaces de encausar el cáncer a través de un supuesto bajo estado de ánimo. Hablamos, por ejemplo, de cosas más llanas como el hecho de que una severa multitud de fisioterapeutas aplican tratamientos a pesar de su inutilidad, o a pesar de que en su fuero interno saben que, por las leyes más elementales de la física de Newton, son del todo imposibles en este planeta. Gente que siente cosas extraterrenales con sus manos. Y ojo, basar una ciencia como la fisioterapia en LA CREENCIA, es algo más propio de una profesión bananera que de una seria. Del mismo modo que no se entiende que haya una corriente escéptica que lleva muy a gala el serlo y que luego va a misa a creer en un supuesto Dios que no existe, que tiene barba y tuvo un hijo, o que es musulmán y mira hacia la Meca. Tampoco se entiende que haya fisioterapeutas (o lo que quede de ellos) haciendo enormes esfuerzos por justificar que su planteamiento chusco de la fisioterapia perjudica seriamente a la profesión. Ojalá llegue el día en que más allá de toda creencia, brille la evidencia y la aplaste con todo su sentido común.


En esta profesión donde todo vale, Roberto Junquera, uno de nuestros fisioterapeutas preferidos, del que ya hablamos en su día gracias a su afamada página web o a su gustor por el hígado, y que se define así mismo como fisioterapeuta visceral, se esfuerza ahora por dejar oír su peculiar concepto de la fisioterapia por otras vías. En su página web, plagada de vídeos con millones de visitas, pasa casi desapercibida una sección de artículos de fisioterapia, o de pseudoterapia, escrita por distintos profesionales entre los cuales se encuentra él, con un gran número ya de publicaciones. Nosotros, que somos muy de leer, no hemos podido resistir el irrefrenable impulso de ver que nos ofrecía y hemos quedado perplejos ante tal literatura. Podría darnos para un año hablando de los distintos artículos y las elucubraciones contenidas en cada una de ellos, pero eso da igual, nadie nos escucharía y el público diana de las mismas, los pacientes y el resto de fisios, seguirán dando por válidos sus contenidos. Es lo que tiene el buen marketing (Santa Cruz dixit) y el posicionamiento en Google. 

Y hoy vamos a hablar en particular de un síndrome que intuimos que debe padecer este señor y que consiste en inventarse que los fisioterapeutas padecen síndromes. Es decir, es el síndrome de inventarse síndromes, pues quien lo padece es capaz de diagnosticar síndromes a otras personas. A otros compañeros, para más inri. Sí, puede parecer un poco lioso, pero en este mundo loco hay personas que se inventan síndromes para otros, lo que les conlleva a padecer ellos un mismo síndrome, el de inventárselos. Si todavía no te has vuelto loco con tanto síndrome te lo explicamos.

Desde su espacio web, Junquera nos ofrece una serie de síndromes que padecen los fisios y que pasamos a resumir (podéis hacer clic en el enlace si os va el sadomaso)

Síndrome de Obstinación
Deriva, según dice, del Síndrome del Techo de Cristal, que luego veremos. Este síndrome de la obstinación consiste en que el fisioterapeuta se enfrasca en hacer un tratamiento demasiado analítico y "normal" de fisioterapia, pero el paciente no mejora porque no tiene un problema "real". Esto le sucede al fisio como consecuencia directa de haber estudiado algunas cosas lógicas en la universidad, según parece, y la manera de que el fisioterapeuta se cure de él pasa por buscar una alternativa al tratamiento normal. Dicha alternativa, el fisioterapeuta debe encontrarla, como no, en la terapia visceral.

Síndrome Cientificista
El cientificismo es una corriente filosófica que niega la existencia de todo aquello que no puede medir o pensar. Empezamos fuertes. Como no puedo ir en contra de la ciencia porque me aplasta todo el rato, voy en contra de quienes arropados en la ciencia tumban mis teorías...es decir...un ad hominem de primero de retórica. Este síndrome, en contra de lo que el llama la inquisición moderna de la ciencia, se resume básicamente en que los fisioterapeutas que intentan ser tan científicos lo son porque tienen mucha inseguridad (obvio y necesario por favor), necesidad de reconocimiento social y alguna pamplina más. Vaya, que si razonas...caca. Mejor inventarse cosas. Asín es. No expone ninguna cura para el mismo, así que imaginamos que no debe tenerla

Síndrome de Desorientación del Fisioterapeuta
Este es muy gracioso. Parte de una base que suele ser muy típica en este tipo de personas que defienden la magia y el extrusismo. "Debemos tener un enfoque holístico y global del paciente". Este tipo de personas creen que los demás fisioterapeutas no lo tienen, lo que pasa es que no entienden que holístico e ilógico no son sinónimos. Que un paciente se le deba abordar desde un punto de vista bio-psico-social es algo que debería ser común en toda ciencia sanitaria, y que muchas veces no se aplica pero eso no sirve para pensar que los demás no lo hacen, ni para justificar que el fisioterapeuta tiene potestad para invadir otras áreas. Este síndrome dice por tanto, que algunos pacientes con dolencias tienen otros problemas añadidos (o conectados) y el fisioterapeuta se "desorienta" porque no consigue el éxito en el tratamiento. Entonces, para ello, hay que recurrir a hacer un poco de psicología barata de camillita y dieta pautada inventada (que suele ser siempre la misma para todo). La cura del síndrome pasa porque el fisioterapeuta realice un EXTRUSISMO de manual.

Síndrome de Ceguera Autoinducida
Aquí Roberto nos explica que en muchos de los casos que llegan al fisioterapeuta, más allá de tratarse de posibles eventos traumáticos o lesiones desencadenantes, existe un componente causal que puede oscilar entre lo psicomágico y lo viscerofúngico, y que el fisioterapeuta que no actúa tratando esos problemas y viendo "más allá" no lo hace porque se pone una venda en los ojos para no verlo. Solución, quitarse la venda y abrazar los caminos de la pseudociencia.

Síndrome del Techo de Cristal
Y dejamos lo mejor para el final, la repanocha. Este síndrome consiste en que cuando el fisioterapeuta trata pacientes, se auto impone, según el señor Junquera, un techo de cristal que le limita y le impide tener de nuevo esa visión "más allá". Dando más vueltas a la misma idea, pero con nombres distintos y más molones, el fisioterapeuta se encuentra auto-limitado por el hecho de haber sido una persona rigurosa hasta ese momento y no quiere escapar de esa jaula que le limita en los tratamientos, impuesta por el sentido común. Roberto propone como curación, romper ese techo de cristal, mandar todo a tomar por culo y brindar todos juntos en la barra libre de la pseudociencia y el intrusismo.

Si has llegado hasta aquí sin necesidad de tomarte unos pepinillos encurtidos y una cerveza, para pasar el trago, a parte de ser un héroe o heroína, te habrás dado cuenta de que todos estos síndromes redundan en lo mismo, en una misma idea. Mucha palabrería, pero sólo se transmite una cosa. Puede decirse que, como los mandamientos de la ley de Dios, todos estos síndromes se resumen en uno, que podría ser:
El fisio que no quiere ver más allá de la ciencia, está atrapado y tiene un montón de síndromes con nombres que yo utilizo para justificar mi empleo sin cortapisas de pseudociencia y extrusismo. Y así duermo tranquilo con mi conciencia.

Y para ayudar más en el tratamiento y mejoría de todos los fisioterapeutas, que como es bien sabido, es el objetivo principal y prioritario de esta página desde que nació, proponemos por tanto este nuevo síndrome: EL SÍNDROME DE INVENTARSE SÍNDROMES. Que básicamente consiste en eso, para justificar mi acción indebida, me invento que son los demás los que tienen problemas, derivados de su práctica laboral, y me quedo tan ancho. Dado que Roberto propone la cura al resto de síndromes de los fisioterapeutas, deberíamos también ser nosotros condescendientes y proponer una para éste, más allá de lo escépticos que seamos en que realmente la tenga. Y podríamos decir, que dicha cura pasa por leer un poco más y mejor, entre otras cosas ciencia (por pereza que de). Pero es que tampoco creemos si quiera en eso de que la ignorancia se cura leyendo, que es a todas luces una verdad incompleta, puesto que la mente humana es tan apasionante, que puede incluso auto abastecerse de suficiencia trenzando los más imposibles hilos, y las más exóticas sinapsis, hacia el profundo y misterioso camino de la más absoluta inoperancia.


BOLA EXTRA:
Si algún fan de esta película tiene ganas de más salseo, es muy recomendable pasarse por el beef que en su día tuvieron Roberto Junquera y Luis Torija, fisioterapeutas ambos de amplia divergencia en sus miradas. La lectura del post de Torija(que debería ser un clásico de obligada lectura en fisioterapia) Carta a un extruso, vino respondida tiempo después por Junquera. Cada cual que elija su team y ya el tiempo hará el resto.

Carta a un extruso by Luis Torija

Carta de un extruso by Roberto Junquera.

4 comentarios:

  1. Enhorabuena por este post. Has puesto en palabras lo que muchos fisioterapeutas hemos pensado al ver los videos de este señor. Estaré atenta a próximas entradas!

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  2. La verdad es que no puedo estar más de acuerdo con este artículo. Has acertado de lleno y plasmado lo que muchos compañeros de profesión también opinamos.

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  3. Totalmente de acuerdo con todo lo que leo, no se podría haber dicho mejor.

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  4. Pobres diablos. Cuanta envidia tenéis del éxito de los demas. Abrid la mente y algun día haréis algo por vuestros pacientes

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