jueves, 30 de abril de 2015

El sexo y la fisioterapia (II) -> La sensibilidad

Decíamos en la anterior publicación que existe una relación innegable entre fisioterapia y sexo, por el mero hecho de estar vivos y de pertenecer a la raza humana: un extraño bicho animal que tiene algo de inteligencia. Contra natura parece estar el que niegue que cualquie relación que implique un contacto físico directo deberá pasar por el innegable tamiz de la atracción personal. Que exista o no atracción entre dos personas se debe a múltiples factores que, por conveniencia social, tardamos en poner en funcionamiento (aunque cada vez menos). Pero traspasar la barrera de lo físico tan pronto, como sucede en el oficio de la fisioterapia, puede acelerar cualquier proceso biológico latente, para bien o para mal. Y todo se debe a un factor clave, la exploración de la sensibilidad.






La sensibilidad, en el aspecto más orgánico, viene dada a través de muchos receptores nerviosos que tenemos en la piel y en el interior de nuestro cuerpo. Estos sensores se estimulan ante variaciones externas o internas producidas por diversos factores y están muy especializados. Esto quiere decir que tenemos receptores exclusivamente para la temperatura, la presión, las sensaciones punzantes, el dolor, el tacto superficial...¡Incluso los pelos forman parte de ese sistema de sensibilidad! Hay algunas teorías muy interesantes que apuntan sobre esto mismo. Existe un músculo erector casi para cada pelo de nuestro cuerpo. Estos músculos se activan en un mecanismo erector (ejem) ante distintas sensaciones, normalmente superficiales y sensitivas, pero también psicológicas o químicas, como el miedo o el enamoramiento (o el miedo al enamoramiento).





 Cuando una persona es capaz, de una u otra manera, de activar tal cantidad de información en tan poco tiempo, como sucede cuando un fisioterapeuta trabaja con sus manos sobre nuestro cuerpo; la sacudida sensitiva es tan fuerte (e incluso puede que violenta) que nos podríamos sentir desnudos ante esa persona. Esta sensación interna, en la mayoría de los casos se traduce en una relajación a la larga, si bien en un primer momento el miedo a lo desconocido y la saturación de sensibilidad nos pueden llevar al rechazo. Pero los pacientes deben acomodar su sistema nervioso a nuestras manos y depositar en ellas su confianza, es parte dle mescanismo de curación. Esta entrega tan rápida y fluida de la confianza suele establecer vínculos poderosos entre el fisioterapeuta al paciente así como la ya mencionada ruptura de barreras. De pronto el sujeto lesionado se encuentra con una mano salvadora que, sin ojos, parece haberle visto hasta los rincones del alma.



Unas manos expertas pueden causar sensaciones muy placenteras. Al resto, ayuda la mente y esa otra cosa inexplicable que a veces sucede.

martes, 28 de abril de 2015

La cifosis dorsal de Pablo Iglesias

Aún no sabemos si dentro de poco Pablo Iglesias se convertirá en el líder de la revolución social bolivariana judeomasónica o acabará pasándose a la derecha girapuertas como Felipe González. Menudencias a parte para nosotros sólo hay un dato claro y objetivo sobre este fenómeno fan: Pablo Iglesias está anatómicamente jodido. El motivo: una cifosis dorsal muy pronunciada para su edad que amenaza con convertirle en nuestro particular jorobado de la Moncloa.


La hipercifosis dorsal (este dibujo está mal explicado) es un aumento de la curvatura normal de la espalda en las vértebras dorsales que produce un hundimiento de la caja torácica, cabeza y hombros adelantados y una temible chepa. Los hombros se ven rotados hacia dentro por el acortamiento de la musculatura anterior mientras que los paravertebrales dorsales quedan muy elongados y débiles. El problema de las cifosis es que se vuelven rígidas en seguida y eso implica que no se pueden corregir. ¡Pero tranquilo Pablo, todavía eres joven y aún estás a tiempo de conseguirlo! Eso si nos haces caso claro.

Esta postura se le observa muy bien a Pablo Iglesias de perfil, donde su cabeza parece a veces querer abandonar su cuerpo, debido a la aparición de una hiperlordosis cervical (curva invertida a la cifosis) compensatoria para mantener la vista al frente (que es lo importante en la vida). Se suele asociar esta postura a personas machacadas, tímidas, reservadas, deprimidas, huidizas... antiguamente también a mujeres acomplejadas por tener mucho pecho. Y puede haber también un cierto componente genético. Pero en el caso de Pablo no parece precisamente una persona acomplejada y hundida, más bien todo lo contrario, por eso nos extraña tanto. A cualquier fisio le entran ganas de hacerle un lift off en dorsales altas para ayudarle.

Con la edad, como decimos, la postura se hace rígida e insalvable, pero con una buena reprogramación postural que le haga activar la musculatura dorsal y elongar bien la cadena anterior podría solventarse en buena parte. Es una ardua tarea y hace falta también mucha toma de conciencia constante, por parte de la persona que lo padece, para ser consciente en todo momento de su postura y de la posición de su cabeza, hombros y tronco en el espacio, mucho trabajo sobre el espejo y mucha corrección. No sabemos si tendrá asesores de imagen, pero deberían ponerse ya con ello y echarle una mano.

El otro día decía el líder de Podemos en un programa de televisión que solía salir a correr y que hacía  pesas (jojojoj jajajajaj, jajajjaja....jajaj...jajaj...ja... ya) porque estaba muy delgado. No es que esté mal lo que hace, pero desde aquí le recomendamos que visite a su fisio un poco para corregir esa postura, ¡que puede servir de algo!

lunes, 27 de abril de 2015

Fisioterapia: Definición ambigua

Uno de los más graves problemas en el reconocimiento de la fisioterapia como profesión digna (digamos) es el de la falta de una definición potente que refleje bien qué es lo que somos y que nos aleje del masajista tipo que a veces tan merecido tenemos. La definición más típica y que durante la carrera se escucha muchas veces, para luego caer en el olvido absoluto es la de la OMS.

El arte y la ciencia del tratamiento por medio del ejercicio terapéutico, calor, frío, luz, agua, masaje y electricidad. Además la Fisioterapia incluye la ejecución de pruebas eléctricas y manuales para determinar el valor de la afectación y fuerza muscular, pruebas para determinar las capacidades funcionales, la amplitud de movimiento articular y medidas de la capacidad vital, así como ayudas diagnósticas para el control de la evolución.

Nunca antes se vió párrafo tan largo y ambiguo, que desde 1958 nos domina y gobierna, sin embargo aún peor esclarecida está la definición de la Confederación Mundial por la Fisioterapia WCPT: 

Desde el aspecto relacional o externo, como “uno de los pilares básicos de la terapéutica, de los que dispone la Medicina para curar, prevenir y readaptar a los pacientes; estos pilares están constituidos por la Farmacología, la Cirugía, la Psicoterapia y la Fisioterapia

Deja de lado lo mejor que tiene la anterior definición: lo de arte, y supedita la ciencia a los designios de la medicina, algo que se ha convertido en la batalla del siglo XXI que a tantos fisios y pro-fisios trae por la calle de la amargura.


Lo que está claro es que la definición rezuma a viejo que tira de espaldas, parece que se hizo en aquella época siniestra de los orígenes de la fisioterapia, necesaria para entender lo que somos hoy en día. Calor, frío, luz, agua, masaje y electricidad siguen siendo agentes físicos que usamos necesariamente. Bueno luz...ejem...Pero desde que la fisioterapia intenta ser invasiva, acercándose por ende a la medicina, empiezan a aparecer nuevas técnicas que cada vez requieren mayores aparatajes y que cada vez se parecen menos a la fisioterapia clásica. Viendo que hoy en día puede verse a un fisio utilizar una aguja, un EPI-NO, un roboto, un gancho, un INDIBA o una pata de cordero, para tratar, y sabiendo que ahora podemos ser doctores y todo, situándonos curricularmente por encima de los médicos incluso, quizá debamos plantearnos lo que somos más en serio.


El paciente de a pie te sigue viendo como un masajista, pero tú quieres aparentar que no lo eres y para ello necesitas de toda esta formación moderna que ha surgido en los últimos 10-15 años y que viene a paliar nuestro vacío existencial. No eres capaz de reconocer que hacer masajitos te cansó muy rápido y quieres indagar en todos los campos posibles que te alejen de ello. Huyes en el sentido contrario de lo que fue un día la fisioterapia y te acercas cada vez más a la medicina, la enfermería, la psicología (aguantando pacientes), la terapia ocupacional (¿qué es eso?) la osteopatía (¿qué es eso?) o la educación física. Cada uno de estos apartados merece un capítulo a parte y seguro que te lo escribiremos insensata fisio, pero de momento confórmate con ser un masajista especialista en nada. ¡Y a mucha honra!



jueves, 23 de abril de 2015

El sexo y la fisioterapia (I) -> Ahora sí

Ahora sí, tras nuestro provocador primer post en el que mucho prometíamos y poco dábamos, vamos a empezar a encarar este tema con absoluta franqueza, transparencia y sinceridad posible. Sinceridad con nosotros mismos y sinceridad con nuestro entorno. Y es que al fin y al cabo seguimos siendo seres humanos, esto es, animales también, y eso implica un gusto implícito por lo carnal en la mayoría de los casos. Y tiene la profesión del fisioterapeuta algo más carnal que la propia profesión del carnicero, del sexólogo o de casi cualquier profesión que exista.

Tiene una peculiaridad esta profesión que la sitúa por encima del resto en cuanto a las relaciones humanas se refieren, la barrera del contacto manual se rompe de manera inmediata y casi sin preámbulos, muchas veces en la primera cita. El paciente acude al fisioterapeuta desesperado para solucionar un problema de salud, un dolor, una limitación funcional...y cuando quiere darse cuenta se encuentra frente a una persona que media hora antes no conocía, en la que tiene que confiar plenamente y que encima...¡le está tocando! Según los expertos la ruptura de esta barrera del contacto físico  trae de la mano varias sensaciones que influyen sobretodo en la percepción que tiene la otra persona de nosotros. Contacto físico y lenguaje corporal sirven para demostrar el interés sin palabras, para la atracción, la dominancia sutil, generar una complicidad y abrir la puerta al terreno sexual.


Sin embargo a los fisioterapeutas no se nos alerta de esto. Somos profesionales y trabajamos desde la profesionalidad, pero negar la condición humana es...¡inhumano!, valga la redundancia. Podemos derretir emocionalmente a una persona con las manos y obtener mejores resultados que con la mejor de las técnicas aplicadas y sin embargo no usamos esto a nuestro favor en la mayoría de los casos, pues siendo una profesión que consigue mayores sinceridades en el alma que la propia de psicólogos, dejamos que estas escapen sin entender su buena poesía. El éxito del buen fisioterapeuta, para nosotros, se basa en analizar y comprender bien lo que supone derribar esta barrera. Saber manejarse a la perfección con ella es muy interesante, puesto que abre también otros caminos inexplorados antes en los que a veces no hay vuelta atrás.





Y es aquí donde brota uno de esos caminos, el de la sexualidad y el sexo en la fisioterapia. El contacto de la piel con la piel es tan primitivo como el ser humano y tan necesario como la propia alimentación.Por suerte, aquí comienza nuestra profesión.

miércoles, 22 de abril de 2015

La reina Letizia, modelo anatómico

Ayer medio Españistán se sorprendía al contemplar lo evidente, la última aparición pública de su majestad la reina Doña Letizia dejaba un reguero de comentarios en las redes sociales sobre su desoladora y extrema delgadez. Que esta mujer tiene un transtorno dismorfofóbico o de su propia imagen es algo que resulta más que evidente, pero quizá pasó desapercibido un detalle importante, quizá incluso para los propios fisios: esta mujer es el mejor modelo que puede existir para un atlas de anatomía palpatoria.





Obsérvese la imagen, es clarificadora. Me atrevo a decir que nunca antes se vió tan claramente la inserción inferior del trapecio a la altura de D10, apreciable superficialmente. El contorno de los triceps está perfectamente marcado, casi distinguiéndose las 3 cabezas e incluso se perfila bien la musculatura del antebrazo. Es increible e irónico que un problema tan serio arroje una muestra tan clara para los fisioterapeutas, con modelos así las osteotecas de los departamentos de anatomía de las universidades, estarían vacías. ¡Si Tixa la hubiera conocido antes!





Podéis aprovechar este post para estudiar la musculatura dorsal y paravertebral, situación propicia e inmejorable. Mejor no comentaremos la extraña configuración de sus escápulas, forma peculiar donde las haya. Y a colación de esto, siempre nos preguntamos, ¿quién será el fisio de la reina? ¿quién es el fisio del rey? O la fisio. Pronto también resolveremos estas dudas sobre las que tanta leyenda urbana existe, hasta entonces os dejamos con el apasionante mundo del músculo trapecio.


lunes, 20 de abril de 2015

Fisioterapia: Nada demostrado

Quizá el título sea demasiado tajante, pero la rotundidad a veces es necesaria, sobretodo cuando se trata de algo tan desilusionante. Una de las primeras cosas que debe (o debería) saber todo aquel que quiere estudiar fisioterapia, que se ha graduado ya, o casi cualquier paciente que, esperanzado, acude en busca de una solución para sus dolencias, es que en fisioterapia, está todo por demostrar. Y lo que es peor todavía, a penas hay explicaciones verdaderamente demostradas sobre el cómo suceden las cosas. Esto no lo digo yo, lo dice por ejemplo la Unidad de Investigación de la universidad de Zaragoza. ''La fisioterapia como ciencia está sufriendo una evolución poco equilibrada. Es decir, su evolución de conocimiento empírico es enorme, pero su comprobación científica es mucho menor. En España, la tendencia actual es de escisión metodológica, pero sin comprobación científica.''  Así que si creías que la fisioterapia era más científica que la propia ciencia en sí, te acabas de llevar la primera en la frente.







Explicándolo un poco más claro: que la mayoría de los tratamientos o técnicas de fisioterapia no estén demostrados no significa que no funcionen. Si durante la carrera tuviste un profesor/a honesto/a te habrá contado esta realidad y si eres un paciente te estarás enterando ahora. Lo que funciona, funciona, se sepa o no se sepa porqué, o cómo funciona. Un ejemplo simple sucede con la masoterapia (o masaje, para el vulgo), es una técnica de beneficios infinitos y sensitivamente muy apreciables: el masaje es relajante, mejora la circulación, estimula los propioceptores, libera endorfinas, relaja la musculatura, etc. Sin embargo, aunque parezca tan evidente, NO HAY PRACTICAMENTE NADA DEMOSTRADO. De modo que si algún fisio te dice que el masaje hace todo eso...o lo está dando por hecho, o no tiene ni idea, o se introduce en la gran bola social del conformismo. Si además hacemos caso de lo que dicen en la Universidad de Zaragoza....¡Estamos perdidos!





Y como borregos repetiremos todas y cada una de las premisas con las que el extraño dios de la fisioterapia nos ha dotado. En los campos más importantes esta ciencia no avanza, por falta de recursos o interés, pero más bien, por la comodidad del propio fisio de no cuestionarse las cosas y comportarse como el rey de los protocolos encorsetados. El problema surge cuando algún paciente listillo o sabelotodo quiere saber para qué y como actúa un ultrasonido, porqué tiene que hacer ese ejercicio que le has mandado o cuantos milisegundos tiene que mantener el estiramiento del músculo ancóneo. Entonces el fisio, en la mayoría de las ocasiones, no sabrá bien que contestarle, o recurrirá a una respuesta vacía y poco fiable con mucho vocabulario técnico, con la que su paciente quedará satisfecho y no podrá responder. En este asunto, lo más de lo más son los aparatos de electroterapia, esa especie de vacío existencial para el común de los fisioterapeutas y tan ''efectivos'' para los pacientes, que creen curarse a través del mágico poder de la electricidad. ¡Y a veces se curan!



Y así seguimos.

Y así seguiremos.

jueves, 16 de abril de 2015

El sexo y la fisioterapia (I)

¿Existe el sexo en fisioterapia? ¿Existe la posibilidad, quizá remota, de que eso mismo que estás pensando de tu fisioterapeuta ...ella y tú...tú y él...sea cierto? ¿Y si....quizá...yo...intentara?

¡DETENTE!

Por supuesto no teníamos una maliciosa, ambiciosa y mejor idea que empezar este blog hablando de otra cosa que no fuera sexo. O, ¿qué esperabais? ¿Que hablásemos de lo de siempre? De la típica información técnica, insulsa y aburrida de la que hablan la gran mayoría de blogs. ¡No! Para eso ya están todos esos blogs ya existentes, formidables o no (en la mayoría de los casos), con los que podéis resolver vuestras dudas principales sobre lo que es un esguince grado III, una tendinitis del supraespinoso o sobre como realizar el estiramiento específico del músculo delgado plantar. ¡Este blog promete ser mucho más interesante! ¡Este blog hablará sobre todo aquello que siempre quisiste saber sobre la profesión y nunca te atreviste a preguntar. ¡Temas espinosos, escabrosos, faranduleros e interesantísimos! ¡Queridos colegas fisioterapeutas! ¡Queridos pacientes! ¡Sed todos bienvenidos!





Y ahora que os habéis puesto cómodos y que el interesante y prometedor título del artículo os tiene aquí leyendo en vilo como posesos, sólo podemos hacer una cosa: dejaros con la miel en los labios... No. No nos odiéis todavía. No os hemos mentido. Pensamos hablar de sexo, entre otras muchas cosas. Pensamos explayarnos en lo profundo y lo complejo e interesante de la extraña relación fisioterapeuta-paciente, que ningún sabio ha conseguido nunca explicar. Y también pensamos hablar de otras muchas cosas que nunca os dejarán indiferentes. ¡Prometido! ¡Prometido!

Si eres fisioterapeuta y siempre has querido comentar algunas cosas de tu profesión pero nunca te has atrevido, ¡este es tu blog! Si eres paciente y siempre has querido conocer un poco algunos pormenores de la profesión, ¡este es tu blog! Si eres un persona curiosa, desenfadada y que además, acudes de vez en cuando a tu fisioterapeuta porque te cuida mucho y porque te gusta experimentar la bonanza terapéutica de sus placenteras manos, entonces...¡ESTE ES TU BLOG!



Esto es sólo una declaración de intenciones. Pronto habrá mucho más. ¡Bienvenid@s a ''La Otra Fisioterapia''!