Lo bonito de la fisioterapia es que nunca deja de sorprenderte. Sea para bien, o más habitualmente para mal, esta profesión que dicen que es ciencia y arte, tiene en sus múltiples (cada vez más) profesionales todo un rango inabarcable de personas que piensan(no todos), respiran y practican sus tratamientos, mediante agentes físicos, de muy diversas maneras. Es imposible encontrar a dos fisioterapeutas que se parezcan en algo. Los hay quienes piensan que son ellos quienes consiguen sus resultados frente a quienes cuestionan cada micro - movimiento que inducen al paciente. Los que prostituyen el término holístico hasta el infinito, los que creen controlar con sus manos el movimiento de tejidos nanométricos, los que están aquí sólo para follar, los que no hacen nada si no es con ultra evidencia científica, los que elevan su ego por encima de las nubes, los que utilizan las pseudociencias y se creen los mejores, los que patentan herramientas a tutiplén, los Inefpeutas como Josemi...¡Incluso los que te estafan a plena luz solar sin título, vergüenza o escrúpulos! No es de extrañar por tanto, que los pacientes terminen por volverse locos cuando acuden a un fisioterapeuta y les practica reiki, para buscarse luego otro que les manipula y después un tercero que simplemente les da un masaje con mucho aceite. Acaban desquiciados por no comprender de qué narices va esta profesión que, se supone, les tiene que recuperar físicamente y donde parece que cualquier ocurrencia vale para ello. Sólo, de vez en cuando, y rebuscando en lo recóndito de la dolencia, se alinean los planetas para dar con la clave de lo que le pasa al paciente. Y con el mismo grado de poca frecuencia, sólo de tanto en cuando, aparece un hijo pródigo de la fisioterapia que viene a iluminarnos con su sapiencia y a dar una vuelta de tuerca (otra más) a este arte científico de la terapia. Preparaos, queridos fisios, poneos cómodos y agarraos bien a vuestros asientos, porque lo que vais a leer a continuación os hará cuestionaros cada minuto de vuestra mísera vida profesional. Estad atentos porque, si creíais que lo sabíais todo de la fisioterapia, os vais a dar con un canto en los dientes. Os presento....al inigualable Javier Alfonso, el fisioterapeuta que vino de Marte.
¿Otro blog sobre fisioterapia? ¡¡¡Noooo!!! Un blog para fisioterapeutas y también para pacientes, donde encontrarás todo aquello que siempre quisiste saber y nunca te atreviste a preguntar.
Mostrando entradas con la etiqueta magnetoterapia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta magnetoterapia. Mostrar todas las entradas
lunes, 23 de mayo de 2022
domingo, 26 de noviembre de 2017
Fisioterapia viejuna-->La Magneto
- Disculpa, ¿este aparato qué es?
- ¿Este?...la magneto.
- ¡Anda! ¿La magneto? Esto lo vimos en la carrera. ¿Y cómo se pone?
- Se mete la parte del cuerpo a tratar dentro del aro este, que se llama solenoide, se enciende y se pulsa el botón 1, que es el programa 1. Atento al tiempo que lo dejas, que ésta maquina es un poco antigua y no tiene temporizador. No te avisa
- ¿Y el programa 2 no lo pones? ¿Para que sirve?
- No sé, tú pon el 1 y ya está.
Bienvenidos de vuelta a vuestra sección favorita, el episodio más esperado que el próximo capítulo de Juego de Tronos. La saga de la fisioterapia viejuna regresa para ofreceros el más grandilocuente de sus aparatos, en un capítulo éste, que vive en nuestros pensamientos desde que este humilde blog arrancara. ¿Qué día hablaremos de la magneto? ¿Cuándo hablaremos? ¿Diremos todo lo que hay que decir? ¿Alabaremos tanto como es debido a este aparato rey de la inutilidad que ha estado (y estará) presente a lo largo de la historia de la fisioterapia? Veamos.
- ¿Este?...la magneto.
- ¡Anda! ¿La magneto? Esto lo vimos en la carrera. ¿Y cómo se pone?
- Se mete la parte del cuerpo a tratar dentro del aro este, que se llama solenoide, se enciende y se pulsa el botón 1, que es el programa 1. Atento al tiempo que lo dejas, que ésta maquina es un poco antigua y no tiene temporizador. No te avisa
- ¿Y el programa 2 no lo pones? ¿Para que sirve?
- No sé, tú pon el 1 y ya está.
Bienvenidos de vuelta a vuestra sección favorita, el episodio más esperado que el próximo capítulo de Juego de Tronos. La saga de la fisioterapia viejuna regresa para ofreceros el más grandilocuente de sus aparatos, en un capítulo éste, que vive en nuestros pensamientos desde que este humilde blog arrancara. ¿Qué día hablaremos de la magneto? ¿Cuándo hablaremos? ¿Diremos todo lo que hay que decir? ¿Alabaremos tanto como es debido a este aparato rey de la inutilidad que ha estado (y estará) presente a lo largo de la historia de la fisioterapia? Veamos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)