martes, 1 de diciembre de 2020

Fisioterapia en tiempos de pandemia: ¿Somos sanitarios?

 A post por año, desde luego, no nos herniamos últimamente. Una vergüenza. Mucho que aprender de la perseverancia del bueno de Juanillo con su blog, ahí pico y pala, sin prisa, pero sin pausa... Pero no amigüits, esto es La Otra Fisioterapia, no es un blog serio ni profesional, estamos lejos de eso, aquí nos va más seguir revolucionando el entorno de la fisioterapia desde 2015, provocando al personal, despertando a una profesión dormida en los sueños húmedos de las clínicas privadas, las mismas que hoy se arrepienten en parte de su propia decisión de ser eso mismo, un sistema de puertas cerradas y poco flow. Bien pa ti, bien pa mi, pero...¿fisioterapia? Ni está, ni se la espera... Mientras tanto, seguimos avanzando en un camino sin horizonte alguno. Pues estamos escasos de horizontes fisioterapéuticos, compadres y comadres, estamos más estancados que nunca, algo de lo que muchos aún no os habéis dado cuenta. La última y más burda de las propias preguntas que esta profesión llena de sorpresas ha decidido hacerse es...¿sómos sanitarios? Mas no habéis de qué preocuparos compañeros pues aquí está esta fisio frustrada para hacer una retrospección digna y daros respuesta a todo. Viajemos desde el pasado al presente, vayamos juntos together...

La hostia a mano abierta del Covid19 ha sido monumental para toda la profesión en España, desde el islote de Massa d'Or hasta el suroeste de El Hierro, aquí no se ha librado ni el tato. A la profesión, mayoritariamente no le preocupó en un principio el hecho de ser sanitarios y poder echar un cable en la peor crisis sanitaria de la historia de los últimos 100 años. Por su puesto, hubo valiosos ejemplos de lo contrario, pero prontamente lo que se vio fue el lógico interés de la salvaguarda económica de sus asuntos monetarios, usease: las clínicas. Resultó que los decretos sacados por el gobierno, en un principio, prohibían toda actividad comercial salvo la indispensable para la salud y la vida. Bien, hasta ahí todo claro. Uno puede pensar que la fisioterapia es una actividad indispensable para la salud, así solemos venderla. Pero resulta entonces que, misteriosamente, los fisioterapeutas se interrogaron entonces a sí mismos si eran sanitarios o no. Esto sucedió, tapadamente, pero sucedió. Quizá ya se vaya olvidando, pero hubo un momento en el que esta profesión dijo que sus tratamientos no eran indispensables para la vida y que su supresión no tendría por qué suponer una merma en las condiciones de salud de sus pacientes. SÍ, LO HIZO. Antes de que os volváis locos de dignidad, mejor leed, pues tenemos mucho por lo que agachar las orejas. 

En los peores momentos del confinamiento hubo quien cerró su clínica por responsabilidad en salud pública, pero fueron los menos, por desgracia, conocí bastantes ejemplos de gente que intentó postergar eso al máximo y que si cerró, fue por la ingente cantidad de cancelaciones de citas que tuvieron, que les abocaban a tener las agendas vacía y las clínicas en el dique seco durante semanas. ESTO FUE LO QUE PASÓ, Y NO OTRA COSA. Mientras muchos se hacían los indignados, otros decidieron azotar a sus organismos oficiales como si no hubiera un mañana, cosa que jamás habían hecho por la profesión. Los Colegios de Fisioterapia recibieron numerosas peticiones de cartas al gobierno, algunas tan paranoicas como el hecho de solicitar que repartieran material sanitario pagado con dinero público a sus negocios privados, simplemente porque sí. Otras, las más habituales, preguntándole si LAS CLINICAS DE FISIOTERAPIA ERAN O NO ERAN CONSIDERADAS SERVICIOS ESENCIALES. El CGCFE anticipó incluso que iba a demandar al gobierno si no había respuesta. Todo esto, en fin...quizá podría se excusable por la ansiedad y duda de aquellos horrorosos momentos, ese "sálvese quien pueda" que practicábamos todos, mientras los muertos ascendían cada día. Pero no.

Finalmente la respuesta del gobierno llegó en la famosa carta ya mentada y la fisioterapia nacional...se relajó. Todo lo que importaba, por supuesto, eran los ERTES. Es decir, que las clínicas de fisioterapia pudieran acogerse a los ERTES y no verse así en la tesitura de tener que cerrar, pues ese hubiera sido el destino de muchas de ellas, de no ser por los ERTES. Tened en cuenta que las clínicas pasaron todas de tener un volumen habitual de ingresos a CERO EUROS, todo pérdidas por los gastos de personal (salvo FALSOS AUTÓNOMOS OF COURSE ), material, mantenimiento, etc...Este batacazo no hay quien lo resista, excepto aquellos negocios con más solera, algo no habitual todavía en este mundillo, así que podemos afirmar con rotundidad que EL GOBIERNO SALVÓ A LOS AUTÓNOMOS DE LA FISIOTERAPIA, y dado que la mayoría de los fisioterapeutas son autónomos (o falsos autónomos), puede decirse que EL GOBIERNO SALVÓ LA FISIOTERAPIA. Y quiero poner esto aquí, un poco en grande, especialmente dedicado a todos aquellos a los que van de emprendedores pero que a la primera de cambio están pidiendo ayudas y subvenciones, cuando las cosas van mal. ¿No se supone que el empresario arriesga? Como siempre, compartimos gastos, pero privatizamos beneficios. Este sistema, que ha demostrado ser válido también para la fisioterapia, es el que ha permitido sobrevivir a muchas clínicas. No es que aquí estemos en contra de esas ayudas, y tampoco es que ahora deban loar a los ministros por todo esto, ni felársela a Pedro Sánchez, ni si quiera darle las gracias, pues era su responsabilidad absoluta hacerlo y rescatar al país...pero sí al menos, enterarse un poquito de dónde vienen las cosas, para cuando luego se les llene la boca de palabras,  ponerse un puntito en ella.

Lo más sorprendente de todo esto, es que una vez pasado el huracán, la fisioterapia...se calló. Hubo quien se ofreció voluntario para colaborar, hubo colegios con iniciativas interesantes y bolsas de voluntarios...pero tampoco fue escuchado por parte de las autoridades. Hubo quien, desde la pública, donde la fisioterapia tendría que estar, se echó la mochila a la espalda y sin tener una gran experiencia en lo que debían hacer, se internó en las UCIS para ayudar en todo cuanto se podía, demostrando nuevamente la importancia capital de la fisioterapia allí, como parte del equipo. Hubo quien trabajó desde una segunda línea, también desde la pública, en todo lo que buenamente podía: coger teléfonos, mover pacientes, atender a personas, montar salas...Y también hubo quien, mayoritariamente, se quedó en su casa siguiendo las recomendaciones del gobierno. Todo es loable y aceptable realmente, lo que no lo es...es que ahora te digan los fisios de las clínicas privadas que muchos de los pacientes que les vienen ahora están deteriorados, o que se nota que están peor porque llevan mucho tiempo sin acudir. ¿Pero en qué quedamos? ¿No os acogisteis a un ERTE porque no era una profesión tan indispensable?

En el apartado séptimo de la orden SND/232/2020 de 15 de marzo por la que se adoptan medidas en materia de recursos humanos y medios para la gestión de situación de crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19, dice muy claramente lo siguiente:

Séptimo. Apertura al público de establecimientos médicos.

A efectos de interpretación del artículo 10 del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, se entienden por establecimientos médicos aquellos en los que se requiere la prestación, por parte de profesionales sanitarios, de la asistencia necesaria para resolver problemas de salud que puedan tener una evolución desfavorable si se demora su tratamiento.

Y esa última frase es la que causa una polémica rápidamente velada por intereses y la que suscita todo este debate sobre si somos una profesión sanitaria o no, que lejos de ser una estupidez, cobra más relevancia que nunca. Resulta que el gobierno dijo en el carta que las clínicas de fisioterapia podían cerrar, salvo para aquellos casos en los que la falta de asistencia, pudiera suponer una evolución desfavorable. Esto, para los que leísteis redes sociales y páginas frecuentadas por fisioterapeutas en aquellos días, se tradujo en URGENCIAS y CASOS MUY GRAVES, PACIENTES DE RESPI...cosas así. Pero eso no es lo que dice la orden del gobierno. La orden dice muy claro, repito: EVOLUCIÓN DESFAVORABLE. Y ahora, muchos fisios de clínicas privadas, están diciendo, con otras palabras, que notan o han notado mucho la EVOLUCIÓN DESFAVORABLE de muchos de sus pacientes. Entonces, repito, ¿en qué quedamos? En los meses de marzo o abril, decíamos que no, y ahora decimos que sí. Claro, claro...

En fisioterapia somos el penúltimo mono (de la sanidad) y el gobierno no tiene ni puta idea del sistema de negocio que hemos creado para la profesión, por una cuestión de mayor supervivencia que el propio Covid19. ¿Qué es lo que piensa el gobierno? Pues que, dado nuestro carácter sanitario, atendemos la salud de las personas, no que damos masajes en demasía o que somos centros camuflados de Pilates o de pseudoterapias con las que tangamos a los pacientes, de eso el gobierno...ni zorra. Si somos una clínica, somos sanitarios y la fisioterapia es tan necesaria y esencial como decimos...¿por qué cerramos entonces? ¿Por qué cerramos también para las demandas de este tipo si iba a haber pacientes que a todas luces iban a empeorar? Aquí hay algo que no me cuadra: o bien esos pacientes no han empeorado tanto y nos lo estamos inventando para darnos importancia, o bien es que en realidad sí que éramos una profesión sanitaria de importancia y cerramos indebidamente para salvar nuestro culo. Y ojo, con esto no estoy culpando a nadie de la situación tan crítica que tocó vivir, solamente digo que no hace falta ser un hipócrita. Cada cual hizo lo que consideró oportuno, pero luego no vale refugiarse en que los pacientes están peor, porque cerramos las clínicas dado que nuestros "tratamientos" no eran imprescindibles.  Y si no son imprescindibles, qué hacemos entonces?

En los últimos tiempos vengo preguntándome mucho sobre la diferencia abismal que existe entre el sistema de clínicas de fisioterapia omnipresentes que nos hemos montado y el verdadero sino de la fisioterapia, que se esconde en la rehabilitación, fundamentalmente, aunque de un modo a veces oculto/tapado y otras veces manoseado.  ¡Es tan diferente! Lo que se hace en uno y en otro lado, muchas veces no tiene nada que ver. Y lo peor de todo es que nos hemos auto-inventando que lo que se hace en las privadas es "mejor" o "más actual", mientras que lo que se hace en la pública es "caduco" "protocolario" o "insuficiente". Ojo, hay algo de cierto en esas afirmaciones, pero no es la realidad y muchas veces es incluso contrario. Porque lo cierto es que la fisioterapia en el sistema público, pese a que pueda ser cutre, obsoleta, bizarra, viejuna o insuficiente...ESTÁ DONDE TIENE QUE ESTAR. Es decir, formando parte de un sistema global y multidisciplinar de salud y rehabilitación donde, a pesar de que por desconocimiento o falta de interés no termina de engranar bien en muchísimos casos, están la mayoría de los pacientes y casos para los que nuestra profesión es útil. Y paralelamente, la fisioterapia superguay y moderna de las clínicas privadas, donde a golpe de talonario te meten en máquinas futuristas sin ciencia alguna o te aplican técnicas manuales absurdas con menos ciencia aún, pero que acaban redundando en masaje, es supermegaindividualista, pese al cacareo de tanta necesidad de trabajo multidisciplinar. Y es, a su vez, un nicho para "pacientes no pacientes", gente con dolores inespecíficos, que la mayoría de ellos se solucionarían con un poco de actividad física y un cambio de paradigma, pacientes que no evolucionan, no quieren evolucionar, o les sirve la visita al fisio como terapia psico-social velada, y que llevan más de diez años siendo asiduos fans...sin tener ningún problema de salud real, o necesidad de recuperación.

Contrapuestas estas dos ideas, jalonadas de técnicas de fisioterapia radicalmente distintas en unos sitios o en otros...¿qué encontramos? Pues que estamos creando dos profesiones diferentes, dentro de una misma. Tenemos a los fisios de hospital y primaria, asalariados, jugando a una cosa, y a los de clínicas privadas, empresarios, jugando a otra que no tiene nada que ver, y que ni si quiera aprendieron en la carrera. Un par de pósteres de anatomía colgados les recuerdan, de vez en cuando, entre masaje y masaje, que un día fueron fisioterapeutas..., igual que algún paciente que, de tanto en cuanto llega rebotado a la clínica, por una mala atención en la pública, o en la concesionaria de su seguro médico privado. O puede que, algún paciente con un buen dinero en su bolsillo, prefiera acudir a esa clínica privada a darse cincuenta sesiones para recuperarse de la intervención de cruzado anterior, pagándolo de su bolsillo. Pero ese es precisamente el gran problema, tenemos un sistema de clínicas privadas para gente pudiente...Porque yo, por ejemplo, que soy fisioterapeuta, si me rompo el ligamento cruzado, no podría afrontar el pago por privado de un tratamiento así, sin rascarme el bolsillo y pasarlo mal. Y yo al menos podría, pero mucha gente no. Porque hemos creado un sistema, irreal y privado, de clínicas de fisioterapia para gente pudiente, que se aleja de la idea inicial de rehabilitación y recuperación con la que nació esta profesión, la idea SANITARIA. La de...que somos SANITARIOS que ayudamos a las personas que lo necesitan y no hacer un negocio a costa de la patologización, o de cosas pseudosanitarias, o de prolongar indebidamente a los pacientes. Pero esperad...¿somos o no somos sanitarios?

 
La sublimación de todo esto ha sido el anuncio que ha podido verse estos días en la televisión, amén de otras redes sociales, de la campaña del CGCFE, máximo organismo representante de los fisioterapeutas, donde a través de una campañaa de sensibilización se le dice/explica/recuerda a la población que "somos sanitarios, somos fisioterapeutas".
¿Os imagináis un anuncio de televisión del colegio de medicina o de enfermería diciendo "Somos médicos, somos sanitarios" "Somos enfermeras, somos sanitarias"? ¿A que suena ridículo? Lo suena, porque lo es. Es difícil ser popular criticando una campaña que viene a dar un auto golpe de reafirmación en el pecho, aprovechando la oportunidad histórica que brinda la pandemia, sacando orgullo de profesión y diciendo: mira que profesión sanitaria tan bonita tengo, soy fisioterapeuta y rehabilito personas. Pero claro que es criticable, porque la idea es una mierda en sí misma, y porque nos pone a la altura de lo que somos, de la sombra de duda en la que vivimos, de lo que planea por las cabezas de muchos de nosotros, sin que nos atrevamos a decirlo. ¿Pero somos sanitarios de verdad? ¿De verdad una profesión sanitaria necesita anunciar en televisión en prime time lo que es? Estando a favor de las campañas de sensibilización, esta no puede ser más ridícula e hipócrita.
-Ridícula, porque si realmente estuviéramos en donde tenemos que estar, cosa que ya he explicado antes, no habría necesidad ninguna de plantear esto. En el video pueden verse fisioterapeutas trabajando en la UCI, para reforzar la idea y el impulso recibido en este tiempo, gracias al buen trabajo fisioterápico desempeñado por algunos colegas, y está bien aprovechar la oportunidad de meter cabeza EN LOS NICHOS DONDE DEBEMOS METERLA. Pero no está bien después de haber cuestionado al propio gobierno de la nación, si somos una profesión sanitaria o no. ¡Que sí lo somos! Y que por tanto nuestro grado de responsabilidad en algunos asuntos de esta crisis ha dejado mucho que desear, porque al sistema de negocio de las clínicas privadas se le ha visto las costuras.
- Hipócrita, no sólo por el contenido de la cartita al gobierno, en cuestión, si no porque CANSA MUCHO ver cómo te están diciendo constantemente que desde los colegios (1)no se puede hacer nada, (2) no se puede negociar convenios, (3) no se pueden denunciar las condiciones laborales de los fisioterapeutas, (4)no se puede denunciar el abuso que hay con los falsos autónomos, (5)no se puede hacer nada contra el exceso de universidades privadas, (6)no se puede lograr que nos den más cabida en la pública, (7)no se puede luchar con rotundidad contra las pseudociencias, (8)no se puede hacer nada contra el extrusismo,  (9)tampoco contra el intrusismo (esta es la más cachonda después de todas las campañitas que hay), etc....resulta que no se puede hacer nada, pero en cuanto nos tocan las habichuelas...¡CARTITA AL GOBIERNO! Y repito, que no se critica la carta al gobierno, SE CRITICA LA HIPOCRESÍA Y EL HECHO DE QUE NO SE HAGA NADA, POR LA MAYORÍA DE PROBLEMAS DE LA FISIOTERAPIA, que tenemos perfectamente identificados.

Si realmente no se puede hacer nada por la profesión, ¿para que existimos entonces? Vaya ánimos más buenos nos dan nuestras instituciones a todos los que vienen detrás. Dan muchísimas ganas de continuar en esto. Hola eres fisioterapeuta, tu profesión está estancada y...NO SE PUEDE HACER NADA POR CAMBIARLA. ¡Te jodes! Eso sí, podemos acompañarte en tu desgracia a razón de cuotas trimestrales de colegiación. 

Cada día es más claro que no habrá nada que cambie si no lo cambiamos nosotros mismos y eso, tampoco va a suceder, os lo anticipo, por si queréis ahorrar tiempo, esfuerzo y dinero. Acabamos de tirar a la basura una oportunidad histórica.

Antes de terminar, una reflexión de tratamiento con el Covid. Muchas clínicas de fisioterapia están recibiendo ahora pacientes que han pasado el Covid, o que lo han pasado pero no tienen ni idea de que lo han pasado pues han sido asintomáticos, o similares. Dichos pacientes llegan con cansancio y manifiestan síntomas como fatiga, dolores dorsales, cervicales, pectorales, agarrotamientos, sensaciones raras, mareos...Desde aquí me lanzo un órdago y me apuesto el blog entero a que son síntomas de COvid Persistente. Si leéis un poco sobre ello, descubriréis que es así. Lo digo por si, pese al loable tratamiento que hagáis al respecto, os queréis dar cuenta de que el problema de base es ese, y no otro que viva en vuestra imaginación. De nada.

Nos vemos en los bares, algún día, mientras tanto, nos veremos por aquí. 

3 comentarios:

  1. A ver, yo trabajo en centro sociosanitario. Tuvimos brotes y rebrotes. En un principio, tanto mis compañeros de otros centros y yo nos apartamos y nos pusimos a hacer otras labores porque 1.no había material suficiente, 2. No se sabía nada de nada. Cuando después de Semana Santa empezó a haber material y te hablo de reutilizar un mono una y otra vez como ejemplo yo por lo menos empecé a atender las lesiones más agudas. Mis chicas son discapacitadas leves más cognitivas que físicas, está claro que grandes dependientes hubiese sido otro cantar pq ahí no puedes dejar un mes a la gente sin movilizar. Pero para que veas que no es que no nos valoremos es que no nos valoran llegó el verano y la nueva normalidad, me hice un plan de vuelta al servicio para después del verano pq me cogía excedencia y ni me hicieron caso ni ni siquiera me suplieron. Cuando he vuelto, me las estoy viendo y deseando para hacer mi trabajo pq me han relegado a una sala minúscula para dar masajes y no me dejan acceder al gim pq eso es de las educadoras. Con esto te digo que no es que la profesión esté estancada o que nos escaqueamos es que nadie sabe lo que hacemos ni le importa.
    Por cierto mi centro llevaba toda la vida sin físico solo llevaba 6 meses allí y desde que entré mi jefa pasando olímpicamente de mí.

    ResponderEliminar
  2. Estupenda reflexión pero con ciertos fallos de creencia según mi punto de vista:
    1)que la profesión esta estancada?? No creo que sea cierto, se hacen estudios, se doctora la gente, cada vez existen mas cursos de especialización, etc, es decir, la profesión si avanza en conocimiento y quizás no en reconocimiento.
    2)Muchas veces es verdad que los colegios no hacen nada, pero que hacemos nosotros para presionar a los colegios a que hagan algo?? te diría que nada y te lo digo porque he mantenido conversaciones de "alto tono" con varios de los decanos del colegio de fisioterapeutas de Catalunya y nunca me han dicho: pues eso que dices ya me lo habían dicho antes...
    3) El montaje economíco que se han montado algunos no tiene nada que ver con la profesionalidad de otros, y te lo digo porque trabajo en la pública y realizo actividad privada.
    Para finalizar, te animo a seguir con tu Blogg y ser mucho más profunda en tus reflexiones, investiga, pregunta y dale luz a los problemas estructurales que tiene esta nuestra profesión.
    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus palabras y por tu lectura, aunque hay algunos fallos de comprensión por tu parte que debo matizar.
      El artículo no va dirigido a la gente que no está estancada, que son minoría, el artículo claramente intenta poner el foco en aquellos que viven en la estanqueidad. Hacer posgrados y doctorados no significa literalmente evolucionar, por su puesto que se avanza en conocimiento, pero toda la parte de atención directa y todo el paradigma actual de la actuación fisioterapéutica a nivel social y cultural, está más estancada que nunca, cuando tenemos incluso que estar reafirmando lo que somos y siempre hemos sido. De nada sirve crear dos niveles de profesión. No digamos ya en reconocimiento, también a todos los niveles. Es fácil darse cuenta. Entiendo lo que dices, y en esa vía es la única en la que se avanza, pero en todas las demás, estamos en vías muertas.
      2) La crítica es doble si te fijas, no sólo a los colegios, si no a los colegiados, que son los únicos que pueden/podemos hacer que los colegios cambien y evolucionen. Algunos ya lo están haciendo tímidamente.
      3) Tienes razón, a veces generalizamos demasiado, pero en este caso como bien hemos dicho, hay honrosas excepciones.

      Seguiremos con el blog, agradezco tu ánimo, llevamos ya 5 años, pero...decir que aquí no se hacen reflexiones profundas equivale a no habérselo leído mucho. Con humildad, esta página (que no tiene pretensiones) ha servido sin embargo para mover mucho las conciencias.
      Un abrazo.

      Eliminar