lunes, 18 de mayo de 2015

De cómo Esperanza Aguirre y el PP afectan a la fisioterapia

Ahí la tenéis. Joven. Con cara de no haber roto un plato. Es más, con cara de pardilla o de mosquita muerta. Y sin embargo, la fisioterapia, como casi cualquier rama sanitaria se enfrenta al peor enemigo que ha tenido en España desde que ha nacido la profesión (abrazada, curiosamente a la democracia y el ''progreso''). No os descubriría nada si os dijera que Esperanza Aguirre es un mal en ciernes para cualquier aspiración sobre la salud universal, sobre la sanidad como un derecho o sobre los servicios públicos. Hemos dejado avanzar a una rémora de lo público, que comiendo 23 años a costa de nuestro dinero, ahora se dispone a despedazar lo poco que queda del erario para mayor hinchazón de sus bolsas y de la de los suyos. La suerte está echada para este domingo, incluida la propia suerte que puede correr la fisioterapia.




¿En qué afecta esto a la fisioterapia? Lo explicamos. Como rama sanitaria, nuestra profesión debiera ser de dominio absolutamente público. Como cualquier rama de la sanidad. La salud no es un negocio que dé dinero, de hecho sólo da pérdidas. El único beneficio que se obtiene de la salud, es la propia salud. Y la única manera de sacar dinero a través de la salud es con el dinero de los impuestos, las partidas presupuestarias destinadas a sanidad son gestionadas por empresas formadas por amiguetes, empresarios y gente con poco o nulo conocimiento del juramento hipocrático o la promoción de la vida. Desde un punto de vista que se nos antoja utópico, pues en la propia carrera se nos incita al ejercicio por cuenta propia y al trabajo para clínicas privadas, la fisioterapia debería ser como se quiere que sea la propia sanidad, según ese mensaje tantas veces cacareado. Es decir: FISIOTERAPIA PÚBLICA, DE CALIDAD Y PARA TODOS. Y eso incluye también a los inmigrantes sin papeles. La políticas liberales de Esperanza Aguirre y su querido Partido Popular, incluyen la venta y privatización de casi cualquier cosa que sea pública, menos de sus propios sueldos (tontos no son tampoco). Por tanto, el sueño de la fisioterapia pública puede esfumarse para muchos el próximo domingo. Si este partido vence, esta política de incompetentes se podría propagar con más virulencia que el ébola.






Lo poco que tiene el pueblo, debería ser del pueblo. Esto no va en contra del explosivo boom de clínicas privadas que ha habido en los últimos años, pero debería ser un derecho poder recibir fisioterapia en el sistema público. Para un fisio, entrar a trabajar en un hospital es una odisea digna de Ulises. Existe el camino de la interinidad, del enchufe o el de la digna oposición obsoleta. Pero lograrlo significa, por lo menos, tener algo más de calidad de vida, pues ''todavía'' los sueldos del sistema público arrojan algo de dignidad. En lo privado, los convenios abusivos y denigrantes para los trabajadores nos convierten en una especie de mileuristas en el mejor de los casos. Y todo después de haber estudiado una carrera, de hacer mil cursitos para estar al día y de tener una gran preparación. ¿A dónde va nuestro dinero? Pues a inflar el bolsillo de la empresa de amiguetes que gestione el hospital/fundación/centro de día/residencia de turno/centro de salud privatizado de turno. Eso es lo que Esperanza llama eficiencia en la gestión




Esta tipa sin escrúpulos camufla cada mentira que dice con una pequeña dosis de verdad, para engañar a incautos. Dirá que hay fisios en los hospitales, que saldrán no se cuantas plazas para la oposición, que la sanidad sigue siendo pública (pero de gestión privada)... Lo que nunca te dirá es que casi ningún médico deriva a rehabilitación, que la fisioterapia no cubre ni al 10% de la población, que pretende reducir casi a la mitad el sueldo de un fisio, que no le importa la salud sino los números y los datos y que existen derivaciones encubiertas a clínicas privadas, pagadas por el dinero de todos y que muy pronto también podría pasar con la fisioterapia. Habiendo todas las clíncias que hay de fisioterapeutas autónomos, podríamos pensar que se trata de un beneficio. Pero es que el dinero que pagamos no es para enriquecer a unos pocos, es para garantizar servicios de salud públicos e igualdad de oportunidades para todos. Justo lo que no existe ahora, porque ella misma ya se ha encargado de desvencijar.

Así que voten, voten...

PD: Sé que es en la Comunidad donde está el problema y ella se presenta a la alcaldía, pero la otra candidata, Cifuentes, respresenta el mismo espíritu conservador y liberal. Ella ideó esta destrucción de lo público y la otra viene para rematarlo. Dos patas pa' un banco.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo, si tienes la suerte de que te deriven a fisioterapia restringen el numero de sesiones a 1O o quince a veces sin posibilidad de mas en un año o en seis meses, te separan un ciclo de tratamiento de otro por cinco meses, reduciendo mucho la utilidad, basicamente te enchufan a maquinas, pocas veces te mandan ejercicios, algunas no mas de uno o dos y rogandolo y la terapia manual imposible. Ademas un fisio atiende a cinco o seis personas cada media hora minimo, con lo cual no se puede dar un tratamiento de calidad. Hace falta mucho mas personal, muchos mas fisios en la sanidad publica

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