jueves, 27 de abril de 2017

Cosas que deberías saber (y que nadie te contará) si quieres estudiar fisioterapia

Capítulo 1

Estimado futuro estudiante universitario de algún tipo. Nos dirigimos a ti con nuestra mejor intención, ahora que te acercas a ese momento CRUCIAL en tu vida en el que te toca elegir carrera universitaria, en función de la nota de acceso que tengas o de la pasta que tengan tus padres (si a una privada piensas acudir). Nuestra intención es contarte la VERDAD, esa que no te contará ninguna facultad cuando acudas a ferias como AULA o a las propias universidades para preguntar por los estudios, ni si quiera las públicas. Tampoco las culpes mucho, al fin y al cabo todas tratan de venderte su producto y no venderte lo que viene después, ese no es su cometido. El de las públicas es formarte, el de las privadas es formarte Y QUE PAGUES, A SER POSIBLE MUCHO. Pues no te olvides de que es un puro negocio. No te ofrecen contenidos mejores, ni mayor excelencia. Eso es mentira por lo general, pues el sistema público en España aún se sostiene bien y ofrece la misma o mayor calidad, a pesar de los insultantes recortes. Nosotros en concreto hemos venido a contarte justo ESO QUE VIENE DESPUÉS, una vez terminas la profesión. Y hemos venido a contártelo en la profesión que mejor conocemos. La nuestra. La fisioterapia.




Hemos querido recalcar arriba la palabra CRUCIAL, pues a nuestro juicio no nos suelen indicar lo suficientemente importante que es tomar una buena decisión, si de ello depende tanto nuestro futuro. En esas edades además, quince, dieciséis, diecisiete años, en plena batalla hormonal y rebelde, estamos también para pocas ostias y, nos entrenemos con media mosca, a poco que nos interese, mientras debatimos sobre nuestro propio existencialismo. Y de pronto te plantan una decisión de este calibre...Y sin tener ni puta idea. Lo más habitual es que lo vocacional brilla por su poca existencia y, en muchas ocasiones es efímero y temporal. Pues bien, en esta época loca, caracterizada por la falta de personalidad e indefinición, uno puede llegar a sentir que tiene esa especie de "vocación de ayuda al prójimo" que le lleva a encaminar sus pasos hacia un bachillerato de la salud con el objetivo de realizar en el futuro una carrera sanitaria. ¿Cuál? No sé. Medicina es que es muy larga y pide mucha nota. Enfermería a lo mejor. ¿Terapia ocupacional? ¿Qué es eso? O fisio. Fisio está guay. El primo de mi amiga es fisio y está de puta madre, tiene su clínica y le va muy bien y está muy bueno. Y con ese extraño criterio, llega el día de la preinscripción y una va y pone fisioterapia, por ejemplo. Y si no me diese la nota, ya estoy preguntando en privadas por si acaso.

Después de este día cruel, comienzan las respuestas de las facultades, y la matriculación. A partir de aquí una senda universitaria, mágica y preciosa, por la que discurrir durante cuatro años, que puede ser más o menos dura, pero que está envuelta de un aura especial con una proyección futura preciosa que te embriaga. El grado de fisioterapia, no vamos a negarlo, es muy bonito. Y lo es casi en cualquier universidad que elijas. Aún hoy se vende esta carrera como una profesión moderna, de futuro, innovadora y llena de posibilidades. Cosa que no deja de ser una mentira de las gordas, pues la profesión ya no es de futuro, si no de presente, no es tan innovadora y las posibilidades se reducen a la explotación laboral y la precariedad, año tras año.




Y bien, terminas fisioterapia. Ha sido todo muy bonito. Lloras cuando te ponen la orla verde y cantamos el gaudeamus igitur. Si en este momento, salieras a la calle y la ostia fuera directa, como por ejemplo se le puede plantear a un estudiante de filosofía, casi sería mejor. Es decir, el filósofo, para su desgracia, termina la carrera y dice ok, no puedo trabajar de filósofo, porque ese trabajo no existe desde que Platón cerró la Academia de Atenas, de modo que seguiré formándome EN OTRA COSA que luego trataré de vincular con mis estudios y que puedan darme una salida laboral en algún lugar. Ok, stop vocación, has estudiado una carrera por el puro placer de hacerla pero, es complicado que sigas por ese camino. Al menos sabes que no hay 100.000 filósofos en el mercado y que, tu desgracia tiene una solución que comienza teniendo 23 años, tiempo más que de sobra para rectificar o recomponer tu vida. Puedes incluso estudiar otra carrera, aún tus padres podrían ayudarte, quizá...Pero en fisioterapia esto no es así.

En fisioterapia saldrás a la calle con una extraña sensación. En tu universidad, los profesores o tus propios compañeros, te habrán generado la sensación de que "no sabes lo suficiente" como para trabajar. Si fueses enfermera, ya podrías estar en un hospital. Como médico ya estarías preparándote el MIR que te daría acceso. Pero en fisioterapia no. En fisioterapia no sabes. Es decir, tú has estudiado cuatro años, pero no estás preparado. ¿Cómo se come eso? Pues de dos maneras.
1) Asumiendo que es una mentira, como lo es
2) Creyendo que no, y que tienes que seguir formándote.

La opción 2 es la que suelen coger la mayoría de los fisioterapeutas. Aún sin tener un sólo trabajo, o sin saber por qué derroteros les llevará su futura vida laboral, ellos consideran que no están suficientemente preparados para la vida laboral. Han escuchado que existen muchos posgrados: Osteopatía, Bobath, Miofascial, Neurodinamia, Ganchos, Punción seca, Suelo pélvico...Y se lanzan de cabeza al que más les guste, sin tener ni idea. No llegan a plantearse, ¿por qué si para ser fisioterapeutas hace falta esta formación, NO SE LA DAN COMPLETAMENTE EN LA PROPIA CARRERA? Digo yo, que si estoy pagando los estudios que me hacen ser competente como fisioterapeuta, tendré que recibirlos a cambio. Pues no, esta cuestión ni se plantea, el estudiante que debiera ser crítico no lo es, se convierte en ovejita de rebaño y no se hace estos interrogantes. De modo que, sin saberlo ni dudar, contribuye con la burbuja de los cursos de formación que tan inflada está ya. Y así es como se hace su posgrado, su experto en, y puede que su máster, pues los gobiernos del PP y el plan Bolonia han conseguido transformar el paradigma, hasta conseguir un buen caldo para el negociete, donde ya cuesta casi igual hacer un máster por la pública que por la privada.



Sin embargo, si por lo que sea eres una persona crítica y optas por la opción 1, encontrarás un vacío exitencial. Tu siguiente acto habitual será buscar trabajo de lo tuyo y entonces encontrarás, que todas las OFERTAS DE MIERDA que hay, piden unos determinados requisitos sobre inflados (y no sabemos muy bien por qué) donde quieren que sepas ¿Pilates? ¿Osteopatía? ¿Punción? o similares. O más que sepas, ¡que tengas las titulaciones! La famosa e inservible titulitis. Porque puede que en la carrera hayas visto eso, pero nunca será igual que si has hecho los cursos oficiales, aquellos que contribuyen a engordar el bolsillo sin plantear que esa formación debiera estar ya incluida. ¿Imagináis que un médico no estudiara patología durante la carrera y tuviera que hacer un posgrado muy caro de 3 años a parte para conocer eso? Bien, esto está pasando en fisioterapia, es muy grave, pero nadie lo denuncia.

Esta situación de estanqueidad llevará al nuevo fisioterapeuta a tener la falsa sensación de que la cosa avanza, sin avanzar, y de que está progresando en su profesión y teniendo nuevos resultados. ¿Cómo es esta falsa evolución? Consiste en que en un primer momento, no encuentras trabajo por no tener esta formación. Posteriormente te explotan contratan en una clínica de sociedades médicas, donde aguantas un par de años hasta que acabas el siguiente posgrado. Esto te da salida a un contrato nuevo, en una clínica donde te siguen explotando, pero esta vez ya es jornada completa, aunque no indefinido. Posteriormente, cuando terminas el máster, decides que lo que te ha ofrecido ese antiguo compañero tuyo, como falso autónomo, te puede salir más rentable económicamente, así que te aventuras a ello. Y así sucesivamente...De pronto tiene 30 años, has estado mendigando trabajos y gastándote tu dinero (o el de tus papás) en cursos y más cursos y todavía no has tenido un contrato medio decente. Pero a ti, eso te parece una evolución natural. Porque te has criado en la crisis, te han contado todo el rato la mentira de que por lo menos en esta profesión hay trabajo. ¡Mira como están los pobres arquitectos! Y escudándose en esa mierda te están pagando una basura de sueldo, basado en otra basura de convenio (el mejor arma del empresario),con un horario que no lo quiere ni el tato, sin dejarte espacio para formarte y siendo explotado, por una persona QUE HA ESTUDIADO LO MISMO QUE TÚ. Tocotó. ¿Quién dijo clases?



Y decimos que hubiera sido mejor dedicarte a la filosofía porque con 30 años, la capacidad para abandonar todo lo que has hecho, lo que has estudiado, tu explotada experiencia laboral, el dineral que te has gastado en cursos y más cursos, expertos, posgrados, másteres, etc...disminuye. Aunque cada vez ves menos claro tu futuro en la fisioterapia, y ya te has dado cuenta de que las posibilidades de ascenso en esta profesión no existen, te sigues engañando a ti mismo creyendo que la cosa cambiará dentro de poco por alguna especie de empresario honesto que se fije en ti y valore tu experiencia como debe. No quieres ni ver ese horizonte que has contemplado tantas veces proyectado en tu cabeza, el de tener 60 años y seguir exactamente igual y no haber cobrado más en toda tu vida. Y a eso le sumas el dato que, si no conoces, te decimos aquí y que no te dirán en AULA, el de que actualmente hay 34 universidades ofreciendo la titulación de fisioterapeuta en España, por lo que cada año salen miles y miles de graduados que vienen a ocupar más y más puestos ficticios, a abrir dos clínicas por calle de cada barrio de cada ciudad o pueblo.

Quizá, cuando te des cuenta de que te equivocaste de profesión, no porque no te siga gustando, si no porque te han obligado a odiarla, por esa sensación de sentirse una mierda de profesional, imbuida por la sociedad que no reconoce con emolumentos suficientes tu posible valía, quieras lanzar un grito ahogado al aire o intentar rectificar. Lo primero no sirve para nada y lo segundo, puede que sí, pero te pesarán tantos años atrás que no sabrás bien como moldear para que tengan algo de sentido o te puedan ayudar a encarar una salida por piernas de esta profesión que cada día se aleja más de lo sanitario y se acerca al más burdo libertinaje capitalista. Si no eres una persona con unos pudientes mínimos, que puedas establecer tu negocio, date por muerto, pues se cuentan con los dedos los lugares que aún todavía valoran esta profesión y dignifican a los fisioterapeutas.

Ser fisioterapeuta, hoy en día, es jugar en 4ª división, y la cosa no tiene visos de cambiar para mejor, si no de lo contrario, sólo de empeorar. La masificación, el exceso de titulados, las universidades privadas, las sociedades médicas, el enfoque comercial, la burbuja de la formación y el escaso reconocimiento son LA VERDADERA REALIDAD de la profesión. Que no te cuenten cuentos chinos, normalmente narrados por personas que sólo te quieren vender un producto (la fisioterapia) y que están a años luz de hacer una valoración crítica de nada.

En el próximo capítulo te contaremos las salidas profesionales existentes, para que termines de llorar en condiciones.

10 comentarios:

  1. Es una pena que tengas una visión tan fatalista. Bien es cierto que en la carrera no incluyen ciertas técnicas más actuales, y que el sistema sanitario es para mear y no echar gota.

    La cuestión es que tú planteas que todo es una mierda y ojalá no te hubieras metido en tal berenjenal, mientras que la opción más constructiva (si bien es lenta), la concibo como un cambio en el sistema. Y, como no se puede cambiar el mundo sin cambiar primero uno/a mismo/a, creo que tenemos todos que hacer un poco de introspección y ver qué podemos hacer y dar cada día para que nuestra profesión se vaya reconociendo y valorando como merece. Después, piensa en qué puede hacer el vecino al respecto y comunícaselo. Tal vez muramos pobres igualmente, pero estaremos en camino de que se nos valore en un futuro no lejano, en lugar de tirar la toalla de una forma tan cobarde.

    Tal vez tú sí hayas estudiado por eso de que "el cuñado de mi vecina del quinto tiene una clínica y está bueno", pero alguno/as sí que continuamos con vocación y afán de ayudar. No puedes pretender matar así la ilusión de la gente.

    Yo, por mi parte, sé que no voy a cambiar el mundo, pero estudié con una beca por renta baja, provengo de un entorno humilde y sin muchos recursos. Pero le eché huevos y removí cielo y tierra para abrir mi propia clínica. Y desde entonces, dedico mi alma a demostrar que somos tan sanitarios y profesionales comocualquier médico, y me dedico a mejorar la calidad de vida de mis pacientes, a comprenderlos y ayudarlos. Y aunque eso no me haga rica en la cuenta bancaria, duermo tranquila, y con la esperanza de que si mis compañeros fisios no se rinden tal vez logremos ocupar el puesto en la sociedad que nos merecemos.

    Saludos.

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  2. Gracias por escribir Debbie. Si te fijas bien si que se dicen cosas buenas, no todo es una mierda. La profesión en sí no lo es. La intencionalidad y la propia carrera, todo eso es hasta poético. Este blog, sin hacer gran cosa, hace ya más por la propia profesión que el 90% de los profesionales, así que tanto como llamarlo poco constructivo...Somos lo contrario. Eso no quita para que tengamos que reflejar la cruda realidad. Para eso estamos.

    Está bien que te conformes con poco, o con menos. Nosotros no. Estamos orgullosos de lo que somos y por eso exigimos lo que nos corresponde. Tampoco estamos pidiendo riqueza, es mucho más sencillo. Estamos pidiendo dignidad. Y estamos dando a conocer un problema que existe y que nadie denuncia, el número de fisios es excesivo, nos estamos cargando el panorama y la universidad privada está haciendo su agosto, gracias al apolillamiento del personal. Desde fuera la fisioterapia tiene una imagen idílica, y eso está muy fuera de la realidad. Duele ver como muchos fisioterapeutas se engañan a sí mismos día tras día, por el único motivo de tirar para adelante y sin mirar atrás. Y esos compañeros fisios de los que hablas, los que en teoría se deberían mover para cambiar la sociedad, no mueven un dedo, no existen, o no se les escucha. La fisioterapia a penas a luchado por nada, y viendo el perfil habitual del fisio común, no somos optimistas ni podemos serlo con que lo harán algún día.

    No es que seamos catastrofistas, es que para los nuevos, la situación es ya catastrófica. Aún así se siguen matriculando sin parar...Ojalá esto cambie algún día. Brindaremos cuando cierren las universidades privadas. Y brindaremos contigo también, si gustas.

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  3. Joder, como está el patio.

    En una cosa estoy de acuerdo: la producción asalsichada de fisioterapeutas en España es nociva para la profesión y, de rebote, refuerza la formación post-grado a tutiplén y en ocasiones con escasa validez practica y/o científica.

    Vuestro blog es un grano en el trasero de la Fisioterapia. Tomadlo como lo que es: un cumplido. Sin gente que abra la boca libremente llegamos al inmovilismo, la autocomplacencia y las pajas mentales.

    Las cosas cambiarán para mejor, no me cabe duda pero hay que darse hostias para lograrlo, no esperar que te caiga del cielo.

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  4. Chapeau por el artículo, según lo estaba leyendo he aplaudido. Más razón que un santo.

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  5. Chapeau por el artículo, según lo estaba leyendo he aplaudido. Más razón que un santo.

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  6. Enhorabuena. No sé podría haber escrito mejor. Apenas tengo un año de experiencia dentro de la fisioterapia, pero suficiente como para entender cómo funciona esto. Muchos dirán que, con tsn poca experiencia no puedo esperar el trabajo ideal. Pero durante estos meses, he hecho las mismas entrevistas que gente con décadas de experiencia y cursos a sus espaldas, aspirando a los mismos trabajos precarios. Y eso, hace que uno se replantee la realidad.

    La mayoría de mis compañeros son bastante optimistas, pero claro, estar cobrando (en su primer trabajo en muchos casos) 500€ y trabajando por las tardes y algún que otro sábado al mes, mientras vives con tus padres y no tienes gastos, pinta muy bien. Quizas no tuviera la misma vocación que muchos de ellos, pero viendo las condiciones laborales, creo que en muchos casos antes o después termina por desaparecer. Veo más realista cambiar de profesión, que esperar que la fisioterapia sea reconocida en nuestro país. A los que mantienen las esperanzas y lo dan todo por la profesión, les deseo suerte. Pero yo, me niego a malgastar más tiempo y dinero.

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  7. Enhorabuena por este fantástico blog! Verdades como puños en cada uno de los artículos aquí presentes.
    La fisioterapia quedó atrás ( feliz de aquella decisión) hace 10 años, después de 5 años de trabajo y en quinto de Osteopatía.
    Saludos

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  8. Lo siento mucho, pero para nada deacuerdo con la perspectiva tan negativa que le das a la profesión.
    Como profesionales sanitarios, debemos seguir formándonos día a día, de la manera que sea, al igual que ocurre en enfermería, medicina o podología. Evidentemente todo el contenido que necesitamos no se puede dar en 4 años (eso sí, considero que hay mucha información "hueca" u horas desaprovechas, pero muy triste sería que saliésemos a la calle con todo la información dada, porque entonces estaríamos ante una carrera muy pobre). Para hablar de este problema me ceñiría más en lo que es el enfoque dado en las universidades que el contenido en sí.
    Por otro lado, soy consciente de que las condiciones laborales, en la mayoría de los casos, son una mierda, pero he visto bastantes casos en los que trabajan la fisioterapia haciendo al paciente un sujeto pasivo y, como es lógico, de esta forma no demostramos nada.
    Queda muchísimo trabajo por delante, mucho estudiar, demostrar e INVESTIGAR, porque desde luego que es una profesión preciosa, pero tampoco podemos seguir cogiendo el papel de "te mando estos ejercicos que le mandé a este paciente el otro día y a ver como los haces durante media hora" o "trabajamos de forma global, pero luego solo me enfoco en tu lesión"...
    Desde luego que lo que sí veo que carece muchísimo es la educación al paciente y aquí si que nos tendríamos que poner las pilas.
    Desde todo el respecto, pero no me parece nada constructiva esta entrada, más bien destructiva para la propia profesión.
    Un saludo.

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  9. Pienso exactamente igual.
    Palabra por palabra

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