lunes, 29 de junio de 2015

El sexo y la fisioterapia (VI) -> Más zonas erógenas

Hablábamos el otro día de las distintas zonas erógenas que hay en el ser humano y de cómo eran susceptibles de excitarse, de forma consciente o no, en las relaciones fisioterapeuta-paciente. Dentro de este apasionante mundo del sexo, vamos ahora a profundizar sobre cada una de las zonas más proclives. Y es que, lo creías o no, las relaciones entre los fisioterapeutas y sus pacientes son más frecuentes de lo que creemos.




Cuero cabelludo: O más concretamente, aponeurosis epicraneal. El tejido que separa los dedos de las emociones, y del estrés de cualquier mente, sólo consta de unos pocos milímetros y además está muy vascularizado (lleno de vasos sanguíneos) y terminaciones nerviosas que lo hacen extraordinariamente sensitivo. Hay mucha gente que ''no soporta que le toquen el pelo'' y otras que perciben un placer intenso y fuera de lo común. Estas ''faltas de madurez sensitiva'' en su fascia lo convierten en una zona especial sobre la que debemos tener consideración. No es lo más común que un fisioterapeuta ejecute maniobras craneales, pero en ocasiones ciertas técnicas lo demandan. Eso sí, nada como un buen masaje en la cabeza.

Oreja: Sobretodo la piel que rodea la zona del trago de la oreja. Zona erógena por excelencia que puede ser muy fácilmente estimulada por el roce constante con los nudillos y dedos al trabajar en las cercanías de músculos como el trapecio, el angular de la escápula o el legendario esternocleidomastoideo. Sensible no sólo a presiones y caricias, sino a vibraciones y susurros por la presencia cercana del sentido del oído.

Cuello:  Quizá se trate de la piedra angular de las zonas erógenas. Aunque lo habitual es que las manipulaciones, masajes, estiramientos o técnicas que sean no resulten del todo estimulantes, el cuello es una zona potencialmente sensible y por donde pasa como un embudo la vascularización e inervación más importante del cuerpo, la que comunica corazón con cabeza. La arteria carótida, la vena yugular y el nervio vago pasan a un palmo de distancia, unos sobre otros. Este último, el nervio, inerva órganos tan importantes como el corazón, la tráquea, los bronquios, el páncreas, el hígado o el estómago. Su estimulación parasimpática puede producir síntomas en un montón de sistemas, y aunque depende directamente del cerebro, su cercanía y su poder, son más que sugestivos.



Región glútea: Más por el morbo, que otra cosa y por tratarse de un objeto de culto sexual casi desde la antigüedad, el culo al ser tocado puede producir una excitación. Es también una zona muy sensible y vascularizada pero el panículo adiposo puede cancelar enormes sensaciones. Si descartamos la hipersensible zona del periné, más proclive de tratarse en problemas de suelo pélvico, es difícil encontrar patologías que realmente nos requieran un tratamiento en esta zona. La falsa ciática por compresión del músculo piramidal se lleva la palma y no es precisamente agradable que digamos.

Laterales de la espalda: El principal motivo que puede llevar a esta zona a ser un importante núcleo erógeno es la falta de maduración en la calidad de las sensaciones. A lo largo de la región de la espalda el número de terminaciones nerviosas es menor y por tanto, la discriminación es más grotesca en realidad. Esto puede llevar a experimentar sensaciones multiplicadas o de mayor intensidad. La frontera entre lo sexual y las cosquillas es muy inexacta en esta región.

Cara interior de los muslos: Cualquier problema que afecte a nuestros músculos aductores, movilizar una cadera o las clásicas pubalgias requerirán a nuestro fisioterapeuta echar mano muy cerca de nuestra entrepierna. La cercanía a nuestros órganos sexuales y zonas de mayor componente erógeno es evidente, el bienestar, el aumento de flujo sanguíneo y la estimulación sensitiva de esa parte de la pierna, puede por tanto, producir fácilmente una excitación inesperada, que puede venir acompañada de una fuerte sugestión psicológica.


Otras zonas:

 -Pies: Tan sensibles como insensibles, desagradables o casi orgásmicos, las sensaciones en esta parte del cuerpo son tan bipolares que varían enormemente según personas o incluso días.
-Regiones amplias de la espalda: Del mismo modo que en el lateral, la falta de riqueza sensitiva puede producir sensaciones estimulantes.
- La muñeca: Extraño para muchos, la muñeca o incluso la mano puede producir una excitación si es estimulada convenientemente y sobretodo, si es acompañada de una potente mirada.
- Ombligo: Aunque por suerte aún no se ha inventado ninguna técnica de fisioterapia que tenga en el ombligo el punto clave maestro de su razón de ser, puede que la falta de madurez sensitiva de esta región, evocada por el miedo a tocárselo uno mismo, pueda provocar reacciones sexualmente apetecibles. Todo se andará.

¡Gracias por seguirnos! Pronto volvemos con nuevos capítulos, ya se vislumbra el final. ¡Sexo! O finalmente, nada...Hasta entonces os dejamos con el lisensiado Vargas que os explicará todo lo que sabe sobre masajes en la ingle. ¡Salud y mucho amor!

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