De injusticia en injusticia y no tiro porque no me toca

A estas alturas muchos de los fisioterapeutas estarán ya al tanto de que el año que viene, 2019, será año de oposiciones y quizá hayan pensado en presentarse a la próxima convocatoria. Con todo lo loable y respetable que es eso, ser carne de oposición y preparárselas hasta lograr la ansiada plaza no es una tarea fácil y además, sirve para conseguir la dignificación del puesto de trabajo y la solución de vida para las personas. Por tanto imaginamos que desde ya, estarán afanándose en sus estudios o en programarse adecuadamente para jugársela a una carta en un sólo día. Esto no deja de ser una mentira engañosa, la misma que engaña a cientos y cientos de opositores en cada convocatoria, que ilusionados se enfrentan al examen, con la esperanza puesta en algo que no llegará. Nos venden la moto, nos la dejamos vender y avanzamos hacia ninguna parte, sólo para engrosar el número de inscritos y dar legitimidad a un proceso que sólo pretende consolidar lo existente y no crear una oportunidad real para muchas personas. Los que van de listos dirán que escribimos esto porque estamos frustrados o algo, que mejor estudiemos para aprobar y nos dejemos de chirigotas. Pues bien, a todos vosotros, os dedicamos esta entrada, por eso de pensar un poco en lugar de memorizar tanto.

Se sabe que el 17 de febrero de 2019 se convoca el examen para la categoría de fisioterapeuta. Se sabe que será al unísono en diferentes comunidades autónomas, para que al menos cada uno elija la que le apetezca, pero no todas. Se sabe que es una de las mayores convocatorias de oferta de empleo público que ha habido en los últimos tiempos en España. Se sabe también que ni de lejos va a cubrir la alta demanda de puestos de trabajo que se requieren, sobre todo en la sanidad. Se sabe que habrá iluminatis neoliberales que pondrán el grito en el cielo y dirán que tenemos más funcionarios que nadie y que lo que se necesitan son más emprendedores (ojo a este argumento que da mucho la risa). Se sabe que ni de lejos cubrirán la expectativa en campos como la fisioterapia, donde haría falta quintuplicar el número de fisioterapeutas públicos actuales. Se sabe además que esta convocatoria servirá para hacer fijos a la mayoría de interinos, que han vagado por los distintos hospitales enganchando contratos de refuerzo/suplencias/bajas desde que tienen conocimiento y que han vivido esta agradable tesitura de absoluta precariedad como si fuera lo más normal del mundo. Se sabe que la mayoría de no-interinos que se presenten lo tendrán harto complicado, por no decir casi imposible, hacerse con una plaza. Y si todo esto se sabe ¿por qué aún así se presentarán?

Difícil respuesta tiene esa pregunta, nadie sabe que extrañas energías mueven por dentro al ser humano, salvo la necesidad de subsistir. En el caso de la fisioterapia el asunto es grave. Se sabe que tenemos unos problemas muy preocupantes como profesión. Se sabe que el número de graduados nuevos cada año es ya incontenible y hará fracasar la profesión en los próximos 15 años si no se toman medidas. Algunas universidades tienen hasta tres lineas de alumnos, con turnos de mañana y tarde. Se sabe que ni el CGCFE, ni la AEF, ni la CNDFF van a hacer nada al respecto, ni van a mover un dedo por LIMITAR DE UNA VEZ y establecer NUMERUS CLAUSUS. Se sabe que ninguna universidad cortará las alas a la gallina de los huevos de oro del grado en fisioterapia, que tan bien vende. Se sabe que la fisioterapia debería ser de función y alcance público, pero se ha convertido en un negocio privado que se aleja a zancadas de lo sanitario. Se sabe que con semejante panorama, la mayoría de los jóvenes fisios querrán encontrar una idealista salida en un trabajo con un sueldo más digno en la sanidad pública, pero que no lo lograrán.

Pero es que también se sabe que se ponen exámenes INJUSTOS para que sólo unos cuantos se acerquen al corte, se sabe que se manipulan las bases si es necesario para permitir la entrada de más interinos a la fase de concurso, donde superarán a los que no lo son, gracias a los infinitos puntos acumulados después de tantos años. Se sabe que aunque los demás reclamen no servirá de nada, como ya se ha comprobado recientemente. Se sabe hay academias de oposiciones, dirigidas por fisioterapeutas funcionarios, que tienen acceso a las preguntas del examen y lo dejan caer a sus feligreses. Se sabe, por tanto, que todo esto está comprado ya desde hace tiempo y que por mucha voluntad que se ponga, el camino es imposible para quien no lo tenga ya allanado.

Se sabe también que ha sido una sentencia europea la que ha obligado al gobierno de Rajoy a hacer esta convocatoria masiva, pues desde Bruselas les han dado un toque de atención, porque allí no comprenden bien como se puede tener hasta un 35% de la plantilla contratada como personal eventual o interino. Que si eso es serio, les han dicho. Se sabe que este gobierno lo va a vender como la mayor oferta de empleo de la historia formulada jamás por un gobierno. Y así la meterán doblada, sin que la gente conozca que la orden viene de más arriba, porque damos pena entre otras cosas. Eso sí, luego votáis lo que votáis, cabrones, así que no queremos oír (de vosotros) ni una queja a este respecto

Se sabe que hay un enchufismo horroroso. Algún día hablaremos de esto más detenidamente, pero absténganse aquí de opinar en contra los que piensan que no, que la gente accede al sistema público por su loable trabajo y su impecable curriculum. Eso pasa en Narnia, o en el país de Nunca Jamás. Aquí se accede por nepotismo. Por ser primo de, cuñada de, follarte a, caer bien a, pelotear a este que, arrastrarse hasta, mi tío es, mi abuela tal y mientras los demás, que no tienen, no conocen o creen en un mundo más justo e irreal, se comen las migajas. No nos hagáis hablar, que son muchos o casi todos los que acceden así. En cualquier administración. En cualquier familia hay alguien que trabaja en lo público por enchufe. Y luego les ves, vanagloriándose en redes sociales de su estatus, sin contar como han conseguido ese puesto...

Se sabe por tanto, que el CONCURSO-OPSICIÓN es lo más injusto del mundo para acceder al sistema público. Y lo es por la segunda fase del mismo, la del concurso, la que hace la selección de aquellos que ya venían chupando del sistema gracias al enchufismo en la mayoría de los casos. Con una situación de años y años sumando puntos, ¿qué esperanza puede tener un novato por mucha nota que tenga? Los interinos alzarán el grito en el cielo y dirán que lo que es injusto es vivir en la temporalidad (relativa en muchos casos) en la que viven. Y es cierto, lo es, pero ella es debida a una injusticia mayor, la de la inacción del gobierno y las instituciones ante el problema. NOS TOMAN POR TONTOS. Y somos tontos, porque lo aguantamos como normal.